50 años de Bezoya: manantial de vida

Cincuenta años después de esa primera autorización, Bezoya, dentro del Grupo Pascual, es un «referente del mercado de las aguas», destacan desde la compañía, con un impacto socioeconómico que cifran a lo largo de toda su cadena de valor en 187 millones de euros y la generación de 1.700 puestos de trabajo (entre directos, indirectos e inducidos) en todo el país. Y ahí destaca la actividad de las planas embotelladoras que tiene en Castilla y León, las dos en la provincia de Segovia, donde su actividad sostiene 200 empleos directos. Lo hace además, valoran desde la compañía, en municipios de menos 1.200 habitantes, lo que refleja «el compromiso» de la compañía con las zonas rurales. Prueba de ello, inciden, es el incremento de población experimentado en ambos lugares.

Noticia Relacionada

Despolitizar el agua: clave para su gestión eficiente

Jesús Morillo

La fábrica de Coca Cola ha acogido unas jornadas con representantes políticos, económicos y de la sociedad civil en torno a este recurso

Si en Ortigosa del Monte a mediados de los años 70 del pasado siglo, cuando nació Bezoya, apenas tenía 200 habitantes, hoy esta localidad ronda los 600. Mayor el aumento en el caso de Trescasas, un pueblo también próximo a Segovia capital, que si en 2003 contaba con unos 350 vecinos, a día de hoy -'boom' inmobiliario y llegada del tren de alta velocidad de por medio inmobiliario- ronda los 1.100. «Más del 80 por ciento de los empleados de Bezoya son habitantes de los dos municipios segovianos y el resto de la plantilla pertenece a localidades del entorno o de puntos cercanos de la provincia», subrayan desde la firma, que resalta que ambos casos se ha «triplicado» la población.

La marca de agua mineral natural de Pascual, subraya, «lidera» el mercado desde 2019 gracias a su apuesta por la innovación» y la sostenibilidad, pues «todas» sus botellas están hechas con otras, de modo que es «cien por cien plástico reciclado» para contener un agua de mineralización muy débil, la «característica singular y única» de Bezoya desde que nació. Es su origen, en un manantial a más de 2.000 metros de altitud, el que nutre estas cualidades, destacan desde la compañía, con un producto de residuo seco muy bajo «que la hace única y la diferencia de la gran mayoría de las aguas». Además, desde una firma que tiene su manantial en plan Red Natura 2000, subrayan su «compromiso» con la biodiversidad, el uso de energía de origen renovable o el dar una segunda vida a sus residuos.