El sello burgalés de la mayor gesta marítima de la Historia

La muestra -que permanecerá abierta hasta el 23 de marzo del próximo año- está organizada por la Fundación VIII Centenario de la Catedral Burgos 2021 y comisariada por Adelaida Sagarra, profesora titular de Historia de América en la Universidad de Burgos , quien lleva décadas estudiando la trascendental participación de la sociedad burgalesa en la primera circunnavegación. Ahora ha pretendido volcar ese conocimiento en la exposición y resaltar el papel desempeñado por Burgos y los burgaleses en la primera vuelta al mundo «antes, durante y después» de esa hazaña con los medios de la época, que hacía que pareciera una «empresa imposible». Sagarra recuerda que la vuelta al mundo se hizo por el mar, aunque «se había ideado antes en tierra» y fue ahí donde Burgos tuvo un papel clave.

El montaje aborda en cinco capítulos la importancia de los monarcas castellanos en el viaje a la Especiería y varios elementos del contexto de Burgos en el siglo XV, desde el potencial económico de los mercaderes y el Consulado del mar hasta detalles de algunos personajes clave y la vida de los marineros que culminaron la gesta en la que Colón había fracasado.

Para Sagarra, «la Primera Vuelta al Mundo fue una empresa burgalesa», ya que tras ella estuvieron los mercaderes burgaleses que en esa época «gestionan, tienen dinero y son emprendedores».

La profesora insiste en que el viaje no se preparó como circunnavegación, sino como v iaje de ida y vuelta hacia las Molucas navegando hacia el Oeste. Llama también la atención sobre detalles menos conocidos por la opinión pública como el papel crucial que tuvo Cristóbal de Haro, un mercader que «asumió la mayor parte de la financiación del viaje y que tuvo en Elcano a su hombre de confianza en la expedición»; el del obispo Fonseca, encargado de los asuntos indianos por parte de los Reyes Católicos y Carlos I; Gonzalo Gómez de Espinosa, alguacil mayor, que capitaneó la nao Trinidad tras la muerte de Magallanes. O también Juan de Cartagena, veedor general de la armada y, por tanto, mano derecha del rey, a quien Magallanes debía consultarle cualquier decisión. Todos ellos fueron personajes nacidos en Burgos o vinculados a esta tierra . Los mercaderes burgaleses tenían capacidad de gestión, eran emprendedores y contaban con fondos, aunque «su contribución ha quedado mucho tiempo en segundo plano y apenas era conocida», señala Sagarra.

La exposición se divide en cinco capítulos, que cuentan la importancia de los monarcas castellanos en el viaje a la Especiería; el potencial comercial, financiero y artístico de Burgos reflejado en su Universidad de Mercaderes (1443) y el Consulado del Mar (1494); la relevancia del mercader Cristóbal de Haro y del obispo Juan Rodríguez Fonseca; y la vida de los marineros que culminaron la gesta en la que Colón fracasó.

La muestra combina pintura, escultura y «todo un ambiente de grandeza de espíritu en la que se explica la necesidad de negociar para mantener un estatus y nivel de influencia». Así, pueden verse 173 piezas procedentes del Museo del Ejército, Museo Naval, Museo Antropológico Nacional o la Real Chancillería. Entre ellas, destacan algunas como los bustos orantes de Cristóbal de Haro y Catalina de Ayala, restaurados para la ocasión; el cáliz del obispo Fonseca (1505-1515); varios cañones -uno construido en Burgos-, monedas de oro, esferas armilares, un cofre de Goa (India) que llegó a Burgos en 1582; mapas como el de Juan de la Cosa; y obras de Bartolomé Ordóñez y Diego de Siloé, entre otras.

Además, cuenta con la intervención de varios artistas locales, como Cristino Díez, que firma la escultura de acceso a la exposición, que evoca un barco en homenaje a la nao Victoria que capitaneó Juan Sebastián de Elcano. Por su parte, el pintor José Marticorena es el autor de la acuarela que ilustra el cartel de la exposición.

La exposición coincide con la instalación escultórica «Huellas», cedida por el artista Cristóbal Gabarrón, que también permanecerá hasta finales de marzo en el paseo Sierra de Atapuerca, frente al Fórum Evolución. Son 20 obras de base granítica con elementos materiales contemporáneos que aluden al legado que el hombre deja a la siguiente generación y encaja la vuelta al mundo de Magallanes y Elcano.