La relación entre PP y Por Ávila se tensiona a diez días para votar los Presupuestos de Castilla y León

Ayer fue el alcalde de la ciudad amurallada y vicepresidente de Por Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, el que elevó un peldaño más la tensión. Lo hizo a través de twitter, el medio que parece haberse convertido en el oficial para muchos políticos. A través de esta red social reclamó «menos prepotencia y soberbia, y más inversiones para la provincia de Ávila» y se dirigió directamente al presidente de la Junta para advertirle de que «si el PP de Castilla y León no reconsidera las peticiones presentadas por Por Ávila» como condición para apoyar el proyecto de presupuesto de 2022 «serán Mañueco y el PP de esta provincia quienes con su actitud tumben el presupuesto para una vez más dar la espalda a los abulenses». «Mañueco está apurando demasiado mientras espera órdenes de Génova 13 para el posible adelanto electoral», señaló en otro tuit.

El propio José Ramón Budiño (presidente de XÁvila) contestó, por el mismo medio, el jefe del Ejecutivo autonómico al que advirtió de que «el desprecio ha sido de la Junta para con provincias como Ávila durante muchos años». Y añadió: «El diálogo, para ser sincero debe, primeramente, existir», reiterando que en las últimas semanas no ha habido negociaciones entre las dos formaciones políticas.

Con este panorama y cuando restan diez días para que sus señorías voten en las Cortes de Castilla y León el proyecto de Presupuestos, la relación entre el Partido Popular y la formación política que tiene la llave para aprobar las cuentas es más que difícil. La semana que arranca será decisiva para comprobar si las negociaciones se van a reconducir o si Por Ávila se mantiene firme en que, a día de hoy, su voto es ‘no’. 35 millones de euros son, en principio, la condición para su apoyo, ya que esa es la cantidad en la que se han cuantificado los proyectos que, vía enmienda, quieren que se incluyan, con el compromiso de que comiencen a ejecutarse en el próximo ejercicio. Sin embargo, para el PP admitir las exigencias de la formación abulense permitiría aprobar las cuentas pero tendría al mismo tiempo dos consecuencias difíciles de asumir. La primera, el haber accedido a las demandas de una provincia y, con ello, haber abierto (si es que alguna vez se ha cerrado) la caja de los truenos en forma de lamentos provinciales de quienes siempre ven agravios en las cuentas autonómicas. Y en segundo lugar, sería un triunfo para Por Ávila que presumiría de haber conseguido para su tierra 35 millones de euros. Al mismo tiempo, el PP abulense vería en el acuerdo una derrota que duele más aún porque ya se sabe que no hay peor cuña que la de la propia madera.

Pero ¿qué pasa si no hay acuerdo con Por Ávila? Se da por hecho que, además del Grupo Socialista (35 procuradores) votarán en contra del proyecto de Presupuestos los dos parlamentarios de Podemos, el de UPL, la de Vox y la no adscrita. En total 41, con el abulense, lo que supone que las cuentas ‘vuelven a los corrales’, es decir, a la Junta y habría que prorrogar las actuales. Una posible consecuencia sería, además, que la Comunidad se vería abocada a una convocatoria electoral ya que se cumpliría así la condición que desde hace meses repite Mañueco de que para un adelanto electoral tiene que haber inestabilidad política. Es evidente que sin mayoría en el Parlamento autonómico y con el Presupuesto rechazado por primera vez en la historia de la Comunidad, estabilidad habría más bien poca. Lo cierto es que a quien no le interesa este escenario es a Por Ávila que necesita tiempo para consolidar su proyecto, más aún cuando las últimas encuestas vaticinan que podría perder su único procurador. De hecho, otra de las condiciones para apoyar las cuentas de la Junta es el compromiso de que no habrá adelanto electoral.

Sin embargo, tampoco hay que olvidar que el PP se mantiene firme en su relato de que el PSOE prepara una nueva moción de censura para marzo, así que su respuesta sería adelantarse con las urnas y evitar de paso el vía crucis judicial que se vislumbra a partir de ese mes con los procesos del edificio de Arroyo y la trama eólica.

A quien tampoco le conviene lo más mínimo unas elecciones en torno a marzo, en las que podría perderlo todo, es a Ciudadanos y de ahí que el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, mantenga una posición conciliadora e, incluso, llevase en un primer momento las riendas de la negociación con la formación abulense. Ayer mismo, también a través de twitter, trató de templar los ánimos y, sobre todo, intentó demostrar las bondades del acuerdo: «Tenemos un proyecto de presupuesto de más de 12.000 millones para asegurar el crecimiento y la recuperación. Tenemos enmiendas por valor de 30 millones. El 0,25% del total. No se si nadie sería capaz de explicar, en Ávila o en Castilla y León, que no alcanzáramos un acuerdo».