Igea ‘versus’ Mañueco (II)

Igea aprovechó que le correspondía el turno de control al presidente para preguntar a Mañueco «cuánto ha lamentado estos 50 días de gobierno». Respuesta rápida del interpelado: «Trabajamos desde el minuto uno por las personas de Castilla y León y actuamos con normalidad y eficacia», algo que, añadió, «a usted le molesta» porque «no está en el Gobierno y nadie le echa de menos». En la siguiente intervención, ambos se despacharon a gusto. Así, Igea atacó al Ejecutivo por las declaraciones del vicepresidente Juan García-Gallardo y por haber empleado en un vídeo la imagen institucional de la Junta mezclada con la de Vox, por lo que dijo que hoy mismo presentará una denuncia «por malversación». El parlamentario de Ciudadanos censuró, además, que Gallardo «se dedique a insultar a todo el mundo», que el titular de Cultura lo único que ha hecho sea «acudir a tres novilladas», que el de Industria, Mariano Veganzones, diga que «va a luchar contra el comunismo», o que haya dimitido el gerente del Ecyl, «por dar cursos de igualdad». Ante todos esto, Igea pidió a Mañueco que «no nos haga esto muy largo, abandone el flotador (por Vox) y llegue solo a la orilla».

El aludido presidente de la Junta comenzó por recordar al procurador de Cs que él mismo, cuando formaba parte del Gobierno, reclamó los cien días de rigor para una primera evaluación. Además, le acusó de haberse convertido en un «youtuber y un tertuliano» y le advirtió de que «prefiero luchar contra el comunismo que estar sentado al lado del comunismo», aludiendo así a que Igea se sienta en las Cortes junto a Pablo Fernández, de Unidas Podemos. «Ha votado con el PSOE, con Podemos, con los nacionalismos 2.0, que son los partidos localistas, y lo sorprendente es que siga en Ciudadanos», le espetó Mañueco. «Su homilía de hoy es la de la rabia del que sabe que está solo y no soporta perder el protagonismo. Menos insulto y más trabajo», zanjó Mañueco.

En el pleno, aún quedaba otra embestida, en este caso del también portavoz nacional de Podemos. Fernández preguntó a la Junta si «se siente representada por las palabras del vicepresidente», en referencia a su forma de dirigirse en el pleno anterior a la procuradora del PSOE, Noelia Frutos, que tiene una discapacidad física. «El señor Mañueco ha asumido las declaraciones y actos de su gobierno», lo que supone que se hace realidad el refrán de que «si en una mesa hay un nazi y diez personas que lo respetan, hay once nazis». A partir de ahí, el procurador aseguró que la Junta asume el discurso «vomitivo, inaceptable, racista y xenófobo del ultra de su vicepresidente». Un García-Gallardo que, pese a las continuas alusiones y descalificaciones que recibió durante el pleno, sólo intervino para responder al procurador de Por Ávila al que, en tono conciliador, invitó a reunirse para hablar de proyectos para esta provincia.

La respuesta a Fernández, también tranquila y mesurada, llegó con el portavoz de la Junta, Carlos Fernández Carriedo, quien vio en sus «discursos radicales» la pérdida de escaños de su grupo. Defendió, además, que el Gobierno de Castilla y León «funciona, es eficaz y actúa cohesionado».