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Guillermo Garabito - Buenos días, Vietnam

Se mira, pero no se toca

Cada español se ha convertido en un forajido de las ocurrencias de algún político

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En España ya no se puede hacer nada. Cualquier cosa interesante está prohibida, proscrita y sancionada. Cada español se ha convertido en un forajido de las ocurrencias de algún político. En un exiliado de la legalidad vigente, que no tiene nada que ver con la ... ética. Y no lo digo por lo del sexo o la pornografía , que eso se podría resumir en que cada ministro socialista lleva una monja dentro, por mucho que trate de negarlo. Peregrinan a Roma a besarle el anillo del pescador al Santo Padre con fruición mientras marcan mucho los labios para que se les note en la foto. Cualquier día de estos, cuando hayan acabado con todas las chorradas que estaban a su alcance -porque los problemas les vienen grandes- le colgarán un cartel al país donde se lea: «No tocar». Y, el que lo incumpla, auto de fe y a la hoguera con él. Con los que entran en el centro de Madrid con un coche diésel, los que comen carne roja, los que despiden por causa de la subida del coste de la energía para no tener que cerrar la empresa, el que no lleve mascarilla en el tren -mientras en las escaleras de El Corte Inglés no es necesaria-, el que le abra la puerta a una mujer, el que diga que todo lo que hay más allá del Gobierno no es ultraderecha, ni Vox un partido anticonstitucional, ni Pedro Sánchez un líder europeo.

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