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Atilano Soto dice que los viajes al exterior de Caja Segovia buscaban un ambiente «apacible y familiar»

Defiende que el plan con millonarias prejubilaciones en la entidad segoviana era «ejemplar y riguroso»

Atilano Soto, este pasado jueves en la comisión de investigación de las Cajas F. HERAS

ISABEL JIMENO

Cargado de la experiencia y la veteranía de un hombre que va a «hacer 82 años muy prontito» -como se encargó de dejar claro nada más abrir el micrófono- y que fue cocinero antes que fraile, pues un día ocupó uno de los escaños de ... sus señorías en las Cortes, el que fuera presidente de extinta Caja Segovia entre 1997 y 2002, Atilano Soto, lidió este pasado jueves con una soltura en la que nada se apreció esa falta de memoria que ya dijo va sufriendo su comparecencia ante la comisión de investigación sobre las Cajas abierta en las Cortes. Con una rica dialéctica despachó las preguntas y eludió cualquier tipo de responsabilidad merced a un cargo que, reiteró, era «honorífico, gratuito y representativo». Ni siquiera el cuestionamiento sufrido por decisiones del Consejo de Administración que presidía en asuntos como las millonarias prejubilaciones de directivos, la emisión de preferentes o la hipoteca sobre el Torreón de Lozoya sirvieron para que entonara el mea culpa.

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