Preocupación por el aumento de bandas de carteristas en el Casco Histórico de Toledo
El Ayuntamiento instalará más cámaras de vigilancia en puntos conflictivos
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En los últimos años, el centro de las grandes ciudades turísticas se ha convertido en terreno fértil para carteristas. Toledo, ciudad Patrimonio de la Humanidad, no es la excepción. Este problema afecta gravemente la imagen de la ciudad y perjudica al sector turístico, fundamental ... para la economía local. Toledo recibe cientos de turistas a diario, casi un millón al año. Existe preocupación en el sector no solo por el perjuicio directo a sus clientes, sino también por el mal recuerdo que los visitantes puedan llevarse y transmitir a sus países de origen.
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Los carteristas se mezclan con los grupos de turistas y aprovechan para robar mochilas y carteras, buscando principalmente dinero en efectivo. Sus víctimas favoritas suelen ser turistas despistados, en su mayoría de origen asiático. La técnica es simple: se integran entre la multitud y aprovechan los descuidos para sustraer monederos de bolsos y mochilas. Su lugar preferido para delinquir es las escaleras mecánicas del Miradero, con múltiples salidas para escapar y facilidad para esconderse en el aparcamiento.
La situación es cada vez más insostenible para los guías turísticos de Toledo, que ven con impotencia cómo estas mafias de carteristas operan a diario. Muchos de los delincuentes son rostros familiares, conocidos tras meses de mezclarse con los grupos de turistas. Según relatan a ABC, la mayoría son extranjeros: rumanos y búlgaros, aunque también hay españoles.
La vicealcaldesa de Toledo y responsable de Seguridad Ciudadana, Inés Cañizares, ha confirmado a ABC que el Ayuntamiento es conocedor de esta situación y está trabajando para intensificar la vigilancia, dentro de su competencia. Así, anunció que se van a instalar más cámaras de vigilancia, sobre todo en puntos conflictivos, como en la zona del Paseo del Miradero, aprovechando que están comenzado a desplegar los diferentes elementos, sensores y señales para culminar la instalación de la Zona de Bajas Emisiones, una iniciativa a la que obligan las instituciones europeas para aquellas ciudades que cuenten con una población superior a los 50.000 habitantes. El objetivo es identificar a los delincuentes y «poder perseguirlos» pero, sobre todo, informar a la Policía Nacional «porque, además son bandas organizadas» y es un ámbito de la Delegación del Gobierno. En Toledo se ha creado un grupo de WhatsApp en el que participan dos agentes de la Policía Nacional y también Policía Local, además de diferentes personas relacionadas con el sector turístico, como guías, hosteleros y comerciantes, en el que se advierte sobre la presencia de carteristas.
El problema persiste porque muchos turistas no presentan denuncias, ya que regresar a España para un juicio resulta costoso. Además, las reclamaciones judiciales pendientes no frenan a los carteristas, quienes acumulan antecedentes y evitan la violencia. Saben que, mientras el valor del robo no supere los 400 euros, solo se considera una falta, castigada con multa según el artículo 234 del Código Penal español. Por encima de esta cantidad, el acto se convierte en delito, con penas de seis a dieciocho meses de prisión.
En Madrid, se ha creado una patrulla vecinal llamada 'Patrulla Madrid', que de forma voluntaria detecta a los ladrones para disuadirlos y avisar a la Policía. Este grupo, compuesto por 40 voluntarios, ha mapeado las zonas más conflictivas de la capital y podría estar empujando a los carteristas hacia otras áreas turísticas, como Toledo.
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