La Favorita. Matar un ruiseñor
«Es la constatación de que la ciudad también tiene sus propios maltratadores»
A favor de un urbanismo nuevo para Toledo
JOSÉ RAMÓN G. CAL
Arquitecto
Son las cosas más valiosas también las más frágiles. Lo ordinario, aquello a lo que apenas prestamos atención, puede llegar a tener un valor excepcional. El aire que respiramos repetida e inconscientemente, es mucho más valioso que todos los diamantes de la Tierra. Sin ... aire, sin lo ordinario, la vida no sería posible.
La ciudad como conglomerado material e inmaterial animado por la vida es el escenario donde todos nos reflejamos. Los hechos que allí suceden nos retratan como sociedad civil ética o inmoral. El urbanismo, la urbanidad no es más que: el uso negociado, disfrute y elogio de las buenas costumbres, del día a día y de lo inesperado. Es civismo.
La mercería 'La Favorita' pasa a la historia
Valle SánchezAunque el local llevaba cerrado desde 2015, la fachada del mítico establecimiento ha sido derribada esta semana para su reforma
Imagine a un cafre pateando a su enclenque mascota en mitad de la plaza del pueblo, unos se avergonzarían calladamente, muchos -los civilizados- intentarían disuadir al agresor, algún valiente se enfrentaría al verdadero animal, los menos disfrutarían de la salvajada apretando dientes, incluso pudiera ser que otro ceporro se animara a unirse con más puntapiés, el más surrealista justificaría la acción como un acto de eutanasia animal humanitaria... Llevado al extremo materialista sería el «la maté porque era mía». La imagen desvencijada de la única y exquisita fachada de la antigua mercería La Favorita en la calle Comercio, simboliza, abandonada a su suerte, el arrumbado a mazazos de parte de la memoria humilde de la ciudad. Se veía venir. Es la constatación de que la ciudad también tiene sus propios maltratadores.
La Ordenanza Reguladora de la Publicidad y Rotulación en el ámbito de la ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad, en su página 81, protege e inventaria específicamente la fachada de La Favorita, como ejemplo a preservar. Es decir existen los mecanismos administrativos que permitían su cuidado y custodia y sin embargo su destrucción a plena luz, y en el corazón de la ciudad, nadie lo ha podido evitar, ¡qué falta de decoro!
Es el no saber ver de quienes teniendo la máxima responsabilidad, la máxima autoridad, y los medios para ejercerlos con mandato público zurran al buen hacer y elogian la mediocridad con palabras rimbombantes y discursos huecos. Subidos a hombros de la hipocresía de normas y expedientes, inflexibles para unos y laxos para otros, asistimos al deterioro galopante de la conciencia técnica de la ciudad.
Un caso más entre otros que ahora se escenifica en el deslustre magullado de la calle Comercio y sus ramificaciones, acechada por su propio nombre mutado en tumor maligno: «es el mercado amigo». A lo que habría que añadir, ¡no, zoquetes! Es la incultura, la incivilidad.
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