tribunales
La Fiscalía pide cuatro años de cárcel para un hombre acusado de traficar con cocaína en Consuegra (Toledo)
sala segunda de la audiencia provincial
El acusado, B.M.R., fue sorprendido por la Guardia Civil cuando presuntamente vendía una dosis a una clienta en su vehículo; portaba además otros siete envoltorios individuales y 800 euros en efectivo
ABC
Toledo
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Toledo juzgará este martes a B.M.R., acusado de un delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas, para el que el fiscal solicita una pena de cuatro años de ... prisión y el pago de una multa de 436 euros.
Los hechos, según el escrito del Ministerio Público, ocurrieron desde fechas precedentes al 15 de junio de 2020, cuando el acusado venía dedicándose a la venta de cocaína a terceros, particularmente en el ámbito de su localidad de residencia, Consuegra.
En ejecución de esa actividad ilícita, y en horas de la mañana de la fecha referida, el acusado, a requerimiento de una de sus clientas habituales, concertó una cita con la misma en una calle de la citada localidad toledana para satisfacer la demanda de medio gramo de cocaína que ésta le realizó a través de una llamada telefónica.
Al lugar acordado para el encuentro llegaron ambos interesados a bordo de sus respectivos vehículos. A.O.R. descendió del suyo para introducirse en el del acusado, quien la aguardaba en el interior portando un monedero de color negro que contenía ocho dosis individuales de cocaína, de aproximadamente medio gramo de peso cada una, envueltas en plástico blanco y anudadas con alambre plastificado de color marrón.
Justo en el instante en que el acusado se disponía a hacer entrega a A.O.R. de una de tales dosis, hizo acto de presencia una patrulla de la Guardia Civil que se hallaba de servicio a bordo de un vehículo oficial y cuyos integrantes decidieron intervenir a raíz de las sospechas que albergaban en relación con una posible venta de droga en el interior del coche. Los agentes conocían al propietario, el acusado, a quien desde hacía meses estaban investigando por su presunta participación en un delito contra la salud pública en su modalidad de tráfico de cocaína. Además, sabían que A.O.R. era una de sus clientas y reconocieron también su vehículo, estacionado junto al del acusado.
Ingirió la cocaína para que no fuera hallada
Al verse sorprendido, el acusado se metió en la boca la dosis de cocaína —con envoltorio incluido— y comenzó a masticarla hasta ingerirla con el propósito de que no fuera hallada por los agentes. De forma simultánea, pidió a A.O.R. que ocultara entre sus ropas el monedero con las restantes dosis de cocaína, confiando en que ella no sería objeto de cacheo superficial por parte de los agentes intervinientes al ser todos ellos de sexo masculino. A.O.R. accedió de forma instintiva, dada la situación generada por la sorpresiva irrupción de la fuerza policial y sin reparar en las consecuencias que ello podría acarrearle, guardándose bajo su sujetador el monedero en cuestión.
Una vez que tanto el acusado como A.O.R. se hallaban fuera del vehículo, ésta fue informada de que debería esperar en el lugar la llegada de una agente de la Guardia Civil que procedería a su cacheo superficial. Ante ello, y preocupada por las consecuencias que podría tener la tenencia del monedero con la sustancia estupefaciente, en un momento dado y creyendo erróneamente que ninguno de los agentes le prestaba atención, extrajo el monedero de entre su ropa interior y lo arrojó a un terreno cercano.
La maniobra fue percibida por uno de los agentes, que se apresuró a recuperarlo, comprobando que contenía lo que posteriormente, según análisis, resultaron ser 3,68 gramos de cocaína con una riqueza media del 79,56%, distribuidos en siete envoltorios plásticos anudados.
De igual forma, al acusado le fueron intervenidos 800 euros en metálico que portaba consigo y que, según el fiscal, provenían del producto obtenido por su dedicación al tráfico de drogas. El importe que podría haber obtenido mediante la venta en el mercado ilícito de las ocho dosis de cocaína ascendía, como mínimo, a 218 euros.
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