Fedeto exige en sus boletines informativos al Gobierno 'Libertad de empresa'

En la primera de las portadas aparece en primer plano un puño cerrado sobre el titular que dice 'Sin negociación y por decreto', añadiendo que «el Gobierno central quiere imponer por decreto la reducción de la jornada laboral». En el número del mes pasado, el 430 de la historia de la revista, la portada ya es totalmente en negro y en el centro solo la palabra 'Libertad'.

En sus páginas se recoge el manifiesto elaborado por la pequeña y mediana empresa española, destacándose que «la sobrerregulación y el excesivo control que se está imponiendo sobre la empresa, la política continuada de aumento de costes y cargas burocráticas, fiscales y sociales se combina con un discurso estigmatizador y un cambio de cultura que se está procurando sobre la figura del empresario basada en la persecución de los beneficios, la rentabilidad y el éxito en los negocios».

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Por eso, se propone que «las empresas españolas han de realizar una defensa activa. El hostigamiento hacia la actividad empresarial supone un serio deterioro del clima empresarial de nuestro país con preocupantes consecuencias en el futuro».

Consideran también que «es imprescindible respaldar la iniciativa privada y alentar el aumento de la inversión y la productividad, como factores determinantes para impulsar el bienestar de la población. La libertad económica es inherente al crecimiento y el desarrollo, y la libertad de empresa está garantizada en la Constitución española».

Acusan asimismo al Gobierno de «actuar unilateralmente, mediante la imposición coercitiva, ignorando y menospreciando el diálogo social, la interlocución entre trabajadores y empresarios que durante cinco décadas han remado juntos por la eficacia y el consenso», por lo que lo de ahora «supone un retroceso hacia fórmulas pretéritas e ineficaces».

En el comunicado los empresarios hacen referencia a ocho peticiones que demandan al Gobierno central. En la primera reclaman la dignidad de la actividad empresarial, y piden que cese «la estigmatización del empresario», ya que a su juicio «la empresa ha dejado de ser vista como un actor fundamental de la sociedad para ser utilizada como un instrumento de polarización política»,

Otra de las peticiones es el cese del control de la empresa y de la sobrerregulación, que consideran una política «persecutoria e incriminatoria», identificando «una excesiva ambición por parte del Gobierno de tratar de regular todas las esferas del funcionamiento de la empresa», lo que se traduce en «una sobrerregulación y una avalancha normativa difícil de digerir para le empresa, especialmente la de menor tamaño».

Exigen también los empresarios el respeto a la negociación colectiva, ya que entienden que «puede avanzar, modernizarse y reformarse de forma legítima y necesaria, pero debe hacerse desde la consulta y negociación con los agentes sociales», no ignorando a una parte.

También solicitan la flexibilidad interna de la empresa con el fin de garantizar su viabilidad, y para eso solicitan «el cese de la injerencia del Gobierno en el funcionamiento y organización interna de la empresa»,

Otro de los aspectos señalados es la no intervención salarial, apuntado entre otras osas que las alzas salariales deben ligarse a la productividad.

La sexta petición se centra en unas cargas sociales y una fiscalidad que no lastren la competitividad, ya que ese mecanismo «se ha convertido en «un erróneo mecaismo de ajuste».

Por último, los empresarios solicitan a los responsables gubernamentales una ordenación del tiempo y los recursos del trabajo sin injerencias, así como respeto al diálogo social.