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Toros

El capote de Álvaro Lorenzo es oro

Corta tres orejas y sale a hombros con El Juli y Talavante en la corrida «mostruo» del Corpus de Toledo

Álvaro Lorenzo inició su faena al cuarto de rodillas y levantó al público de sus asientos ANA PÉREZ HERRERA
Juan Antonio Pérez

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Para Morante, El Juli y Talavante era una corrida más. Figuras desde hace más de una década, con toda la temporada contratada desde la primavera, una tarde más o menos de triunfo no les va a suponer ningún frenazo. Si acaso está el amor propio, o la casta, ya que al fin y al cabo estar delante de un toro siempre impone.

Para Álvaro Lorenzo , en cambio, era uno de esos días señalados en rojo en el calendario. Toledano del barrio de Santa Teresa, hace dos meses pegó el zambombazo y abrió la puerta grande de Madrid. ¡Qué maravilla! Sin embargo, el martes no tuvo suerte en San Isidro. Y, en Toledo, por muchas orejas que haya cortado, aún no había tenido una tarde rotunda. Hasta este jueves.

Se llevó tres apéndices, aunque esa no sería la mejor forma de juzgarlo, pues estas se regalaron a pares. Por tanto, es más justo decir que toreó con el capote como los ángeles bajo la atenta mirada de Morante, palabras mayores, quien debió de pensar que ese joven espigado es un digno heredero en el manejo de la tela.

Aquello sucedió en el cuarto de la tarde. «Chanchullero» se llamaba el animal. Un toro anovillado de Domingo Hernández con los cuatro años recién cumplidos. Lorenzo le recibió en el tercio y se le fue sacando a los medios con media docena de verónicas plenas, muy despacito, con el mentón pegado al pecho, cada vez con más gusto. La media de remate también fue superior.

Tras pasar por el caballo, Lorenzo esperó a «Chanchullero» en los medios y con el capote a la espalda. Cuando todo el mundo esperaba un quite por gaoneras, el toledano sorprendió por tapatías, llevando al animal embebido en el capote y rematándolo a una mano, la izquierda, en lo que pareció más bien un enorme natural. ¡Qué belleza, con la plaza entera en pie y aún no había cogido la muleta!

El inicio de faena también fue muy bueno. De rodillas, Lorenzo enganchó seis o siete pases a un torito que al principio parecía un carretón. Luego bajó un poco el torero y el ambiente no se volvió a calentar hasta que se puso a torear con la izquierda. Con esa mano hubo una serie rotunda, rematada con un pase de pecho en dos tiempos, de esos en los que el torero le cambia la trayectoria al toro a mitad de viaje. Mató mal (de media caída y trasera) pero, como el burel cayó rápido, pidieron las dos orejas para él. Y, ojo, por cómo transcurrió la tarde, fueron las más justas.

Otra oreja le cortó Lorenzo al último. El único animal con cierta casta, que a punto estuvo de cogerle por el pecho en una colada mientras aún sostenía el capote. «Cortijero» se venía de largo, llevaba emoción y tenía recorrido, aunque rematados los pases parecía como si se desentendiera del asunto. Lorenzo estuvo aseado, aunque quizá le faltó ganarle un paso para meterle más en el canasto. Mató de estocada, con el toro ya rajado.

El Juli y Talavante cortaron dos orejas por coleta al 6º y 7º de la tarde. Ninguno las mereció y, en el caso del primero, ni siquiera una. Cuando vio Julián que la faena no cogería vuelo, optó por el arrimón. Tremendismo a tope, haciendo incluso el teléfono, con el codo apoyado en el testuz. El público loco, aunque si el Juli saca la hamaca y la sombrilla tampoco hubiera pasado nada porque el toro, pobrecito, esaba deseando morirse. Además, el espadazo fue horrible, un bajonazo, pero rodó pronto el animal y eso le pone al público festivalero. El primer toro de el Juli enseguida se rajó y no hubo nada que hacer.

Talavante le hizo a su segundo una faena fácil, en la que con gran técnica llevó al toro imantado en la muleta. Eso sí, no se apretó mucho. Como se tiró a matar de verdad, cobró una gran estocada. En su primero perdió el posible premio con la espada.

Y queda Morante. Quizá el más esperado por eso de que ahora se deja ver poco. Su primer toro, llamado «Café» (¿?), era de esos que repiten, tan campechano... Hubo pases bellísimos porque el sevillano se pone muy pinturero y tiene mucha gracia, pero fue algo suelto, sin continuidad. Cómo sería, que le dieron una oreja y no quiso dar la vuelta al ruedo. Bien por su parte. Con el quinto no hubo éxito posible. A ambos los mató aliviándose. Es decir, saliéndose de la suerte.

LA FICHA

Corrida «monstruo» del Corpus de Toledo. Prácticamente lleno. Tarde agradable que acabó en noche debido a las más de tres horas de festejo. Toros de Garcigrande (3º, 5º, 6º y 8º) y Domingo Hernández (1º, 2º, 4º y 7º). La mitad de ellos, anovillados. Muy nobles. Sin casta, salvo el último. Los mejores, 1º, 4º y 8º.

MORANTE DE LA PUEBLA (de nazareno y oro). Estocada (oreja protestada). Estocada y descabello (ovación de los palmeros y pitos de un sector).

EL JULI (de tabaco y oro). Estocada trasera y caída (silencio). Bajonazo (dos orejas).

ALEJANDRO TALAVANTE (de verde hoja y oro). Dos pinchazos, estocada trasera y tres descabellos (ovación). Gran estocada (dos orejas).

ÁLVARO LORENZO (de tabaco y oro). Media caída y trasera (dos orejas). Estocada (oreja).

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