Frank Cuesta, sobre el atacado por una serpiente de cascabel en Toledo: «No es un pobre chico, es un criminal»

La víctima, que ingresó en el hospital Virgen de la Salud de Toledo, ya salió de la UCI y está en planta. «Su vida no corre peligro», afirma Frank Cuesta, aunque «va a tener consecuencias durante un largo tiempo» .

El naturalista y herpetólogo (se dedica al estudio de los reptiles) muestra en su grabación fotografías de la víctima con serpientes peligrosas. Asegura que «este chico», al que llama Santi, tiene varias páginas de Facebook «en las que se le ve con cobras y víboras». «¡Qué curioso!», exclama Cuesta. «Lo conozco porque me ha puesto a parir en el grupo de sus amiguetes durante mucho tiempo» , aclara en el vídeo, que dura más de 16 minutos.

«Tengo un cabreo grandísimo porque nadie dice nada de esto», asegura. «Es un delincuente; este tío y sus amigos están poniendo en peligro a toda la sociedad. Está delinquiendo todos los días -dice-. Mientras tenga esas serpientes, que son letales y mortales, está delinquiendo». «Es un criminal porque las está criando y vendiendo, y las guarda en su casa. Y seguramente vaya con ellas de un lado a otro para venderlas, a una exposición. Es un terrorista porque crea terror. Ahora no sabes lo que te puedes encontrar con esta gentuza», continúa.

«Éstos son muy hombres, aprendices de Rambo pero con un toque de barbie superstar total; son las auténticas mariconas. No tienen los huevos de decir que me ha mordido esta serpiente, tengo estas serpientes en casa, la he cagado», pero sí «se inventa una historia en el monte». Lo acusa también de poner en peligro a la gente y a las fuerzas de seguridad que buscaron al reptil, que luego apareció muerto.

Cuesta relata que ha tenido las 70 serpientes más peligrosas en sus manos, pero que siempre «han sido mostradas en bosques, selvas, ríos, lagos mares, desiertos, que es donde hay que ver esos animales. Si tienes los huevos, el valor o la destreza de cogerlos, de admirarlos y sentirlos, lo hace ahí », aconseja «al grupo este y a ti, Santi».