Andrea Bosco, el barista romano que describe todos los aromas del café

Así que se puso a trabajar con su hermana, que cerró ese local tres años después. Entonces, Andrea pensó que podía emprender con una propuesta nueva y decidió «correr el riesgo» y abrir un local especializado solo en café. 'Il Cappuccino' se convirtió en una nueva propuesta que le permite desarrollar y compartir ese mundo en el que comenzó a los 15 años, en Roma, su ciudad natal y que conocía gracias a que trabajó en una de las cafeterías más importantes de la ciudad eterna.

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La cafetera era de segunda mano y con muy pocos recursos económicos emprendió su negocio, rememora el hostelero italiano.

Gracias a su pasión y a la dedicación por su trabajo, Andrea Bosco ha conseguido que la bebida más universal: el café, sea el reclamo de un coqueto local que ha llamado la atención de la Guía repsol y que lleva a sus clientes a esperar pacientemente para poder degustar un café recién molido.

Andrea no para y sus manos se mueven ágilmente para preparar los diferentes cafés que vende en este local, que recibió la semana pasada un Solete de la Guía Repsol, galardón que él ni sabía que existía, responde entre risas. Aunque es consciente que ha subido varios peldaños de prestigio y el premio le permitirá dar a conocer esta pequeña joya, en la que ya lleva diez años trabajando, ubicada en el número, 4 de la plaza de La Magdalena, en pleno Casco Histórico de Toledo.

«Elegí esta ciudad porque me gusta mucho y me ha dado la opción de crecer profesionalmente, además los alquileres no eran tan caros en aquella época», confiesa, a la vez que señala un cartel que cuelga de su estantería y que se ha convertido en toda una declaración del amor que siente por esta ciudad: «Aquí soy feliz»...

Explica que también ha influido que en Toledo hay calidad de vida y tuvo la posibilidad de visionar que su negocio iba a funcionar. Y vamos si lo ha conseguido, Andrea no para y mientras conversa con ABC atiende a los numerosos clientes y turistas que le saludan y le piden un cappuccino de caramelo, café mocca, uno con leche de avena, con leche fría...

Han transcurrido trece años y Andrea cuenta que ha formado una familia en Toledo y es padre de un niño de dos años, al que puede atender porque se ha impuesto su propio horario, ya que en aquellos primeros años, estaba abierto todos los días y a todas horas.

Reconoce que sigue con el mismo entusiasmo que cuando abrió y mientras muele el café y prepara las tazas, confiesa que le gusta contarle a sus clientes, desde el corazón, que su café es especial (prefiere no hablar de la cantidad que ha vendido estos años) y su bebida es única porque intenta poner en práctica todo lo que ha aprendido. Recomienda degustarlo, saboreando cada uno de sus aromas y descubrir el amplio horizonte de un producto único e irrepetible.

Por su cafetería pasan vecinos de Toledo, pero también la amplia clientela que se ha ido labrando y que proceden de todo el mundo y que encuentran en 'Il Cappuccino' su lugar de encuentro para tomar un delicado café preparado por este romano que, en silencio y con mucho trabajo, ha llamado la atención de la Guía Repsol.

Poco a poco ha ido diversificando su negocio. El café no solo se puede tomar en el local, también lo prepara para llevar y ofrece delicias dulces que los comensales soborean con gran placer. «Con el proyecto de 'Il cappuccino', he intentado democratizar el mundo del café y que no solo sea accesible a unos pocos sino a todos los amantes del café», repite.

En la tienda también vende, en diferentes tamaños y colores, la cafetera italiana como representante de esa marca en España.