Tomás Palencia: «Hoy es más seguro un bar que un hospital porque hay mucha menos carga vírica»

¿Cuántos compañeros suyos echarán el cierre definitivamente en la provincia?

Va a haber una incidencia grande porque las presiones que estamos teniendo son muy fuertes. No tenemos todavía cuantificadas, en número y porcentaje, las personas que pueden echar el cierre, ya que los empresarios tienen en estos momentos a sus empleados en ERTE o están con el negocio suspendido temporalmente. Sabemos de algunos que han cerrado pero, cuando se levante el estado de alarma, puede crecer el número de negocios que cierren.

¿Cuáles son las historias que más le han impactado?

Son situaciones verdaderamente dramáticas porque hay gente con negocios pequeños de los que, incluso, está viviendo toda la familia. Quiero decir que son matrimonios que tienen a los dos hijos empleados en el bar, empresas muy familiares, que lo están pasando verdaderamente mal. Con dificultades para poder hacer la compra, para poder llegar a final de mes y pagar con los pocos ahorros que les quedan. Tengo compañeros que han tenido que tirar de ahorros que tenían para que sus hijas fueran a la universidad. Son cosas desesperadas y dramáticas, y deberíamos evitar todo esto.

¿Conoce a compañeros que hayan tenido que acudir a las llamadas «colas del hambre»?

No conozco a nadie, pero compañeros de otras provincias me han dicho que hay trabajadores suyos y propietarios de negocios que no tienen más remedio que ir a las «colas del hambre».

¿Son pocas las ayudas destinadas a su sector?

Son necesarias pero insuficientes. Con estas pocas ayudas, creemos que va a haber mucha gente que se va a quedar fuera. Y queremos que llegue a todo el mundo que cumpla los requisitos que se han impuesto. Valoro el esfuerzo de la Junta de Castilla-La Mancha porque es la única administración que está dando la cara en este tema con ayudas directas, que las vemos insuficientes.

El miércoles hubo una manifestación organizada por una plataforma de hosteleros en Toledo al margen de su asociación. La protesta se va a repetir este viernes. ¿Apoya este tipo de acciones?

Donde haya un hostelero luchando por sus derechos, la asociación de hostelería siempre estará con ellos. Esa plataforma de hoteleros ha dado públicas y notorias informaciones de que quiere ir en paralelo a la asociación. Apoyamos totalmente sus reivindicaciones porque son las mismas que las nuestras, y animamos a la gente para que este tipo de concentraciones sean exitosas porque es bueno para el sector. Y nosotros queremos sólo el bien para la hostelería y el turismo.

La ministra Reyes Maroto ha insistido en que confía en que haya turismo en Semana Santa si se dan las condiciones sanitarias.

Lo veo lejos. No sabemos lo que va a pasar la semana que viene, como para saber qué va a suceder dentro de dos meses. Si tienen la intención de abrir perimetralmente, no sólo las ciudades sino las regiones, pues... La gente tenemos ganas de salir, el turismo puede crecer y para la hostelería será bueno si no tenemos restricciones tan severas como ahora mismo. En ningún caso podremos llegar a anteriores Semanas Santas, que era uno de los mejores periodos del año. Nos daba para paliar la bajada del primer trimestre e ir con fuerza hacia el segundo y tercero. Pero, claro, tienen que aliviar mucho las restricciones, sobre todo las de movilidad, que son las que más daño nos están haciendo.

Su sector apuesta y tiene toda la confianza puesta en las vacunas para superar la pandemia.

Toda la confianza en ellas, pero para eso debería haber un ritmo de vacunación muchísimo más alto que el que estamos viendo y teniendo. Es la única forma de que todos los sectores económicos puedan reactivarse, sobre todo los que vivimos del turismo. Tenemos que andar por la calle seguros, teniendo mucha precaución pero no temiendo un contagio masivo.

Cuando escucha a un experto decir que los establecimientos de ocio, hoteles o restauración no son seguros, ¿qué opina?

Hasta agosto se publicaba un informe sobre los lugares más habituales de contagio, y la hostelería en España estaba con un 2,6 por ciento frente a un 33 por ciento en el ámbito domiciliario. Quiero decir que no está probado que en los restaurantes y bares haya más contagios; al revés. El índice de bajas laborales de los camareros por Covid-19 es de un 0,7 por ciento. Es muy bajo. Y los camareros son las personas que más tiempo están en un bar. Nosotros trabajamos con seguridad, cumplimos todas las normas higiénico-sanitarias que nos dan. Es mucho más seguro hoy estar en un bar, porque se dan todas las medidas higiénico-sanitarias tanto en distancia como en limpieza, que en un hospital porque hay mucha menos carga vírica. Y no quiero pecar de frívolo. Hay otros estamentos oficiales que atienden al público donde tú te sientas en una silla y nadie va a desinfectarla. En un bar sí se hace.

¿A su sector les han mareado con las medidas higiénico-sanitarias?

Las medidas en un principio estaban muy bien definidas. Fue una de las pocas veces que contaron con el sector y tuvimos a técnicos de seguridad alimentaria del sector haciendo el protocolo de actuación frente al coronavirus. Nosotros, sanitariamente hablando, estamos muy vigilados y necesitamos seguir así. Las medidas que nos han impuesto no han sido difíciles de aplicar, ya que llevamos un control diario de puntos críticos en desinfección y tratamientos de los alimentos. Pero esto no viene de ahora, lleva ya casi diez años sobre la mesa. Todo lo estamos cumpliendo y aún así nos siguen cerrando.

¿Cuándo podremos decir: «Nos vemos en los bares»?

A mí me gusta decirlo siempre. Esperemos que la semana que viene, después de un largo trabajo de las asociaciones provinciales de hostelería y de la federación regional, nos dejen abrir. Hemos propuesto a la Consejería de Sanidad que, en los niveles máximos de restricción, nos tomen no como un lugar de ocio, sino como un servicio público. La hostelería no es solamente ocio, sino también servicio público. Hay gente que necesita que la hostelería esté abierta para su día a día.