Page aplaude la quita de la deuda aunque «no es ningún regalo» y advierte que negociar la financiación con Cataluña unilateralmente «no es progresista»

«Lo que defendemos para las personas y para las empresas, es decir, que paguen por beneficios, resulta que no vale para los territorios», ha señalado el presidente regional para desmontar una vez más la fórmula unilateral del Gobierno de España con Cataluña en materia de financiación autonómica. «No es un planteamiento progresista ni de izquierdas, es incoherente, además, porque en Bruselas decimos lo contrario», ha indicado.

En este sentido, Page ha expuesto que el concepto 'cohesión' que vertebra las políticas de la Unión Europea «parte de la base de que en Europa paga más el que más tiene y recibe más el que menos tiene» por lo que «no vamos a tolerar que en España se rompa la progresividad en el reparto de la riqueza que sí defendemos en Bruselas, es una contradicción».

Minutos previos a la inauguración del curso, el presidente castellano-manchego ha considerado a preguntas de los medios que la quita de la deuda de las comunidades autónomas aprobada este martes por el Gobierno central «no es ningún regalo, es de justicia elemental», por lo que ha afirmado que con anterioridad a que las formaciones políticas independentistas plantearan la condonación de la deuda, él ya lo había solicitado, incluso, al Gobierno del PP de Mariano Rajoy.

El responsable autonómico ha compartido estas declaraciones con los asistentes al curso de la UIMP y con Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de Andalucía; Alfonso Rueda, presidente de Galicia; y María José Sáenz de Buruaga, jefa del Ejecutivo cántabro. Todos ellos presentes en la jornada inaugural.

De otro lado, Page ha destacado que organismos de diálogo y debate como el Comité de las Regiones son clave para hacer frente a los populismos que avanzan en Europa y en España. «El comité puede ayudar a combatir la emergencia y la efervescencia de los populismos, en el Parlamento Europeo se han colado, hay un troyano que intenta destrozar desde dentro la Unión Europea«, ha afirmado el presidente de Castilla-La Mancha.

En esta línea, el responsable autonómico ha señalado que en España el discurso populista tiene su propia cara, «transformándose en frentismo barato y en barbaridades extremistas, es el mal de nuestros tiempos, que nació a raíz de la crisis de 2007 y que se ha colado a Europa».

Frente al avance de las formaciones políticas que centran su discurso en el populismo y el odio, Page ha reiterado que el único freno posible «es el consenso».

En clave europea, Page ha reivindicado el papel de los territorios que forman los estados, como administraciones cercanas a la ciudadanía, a sus necesidades y realidades por lo que ha abogado por «cuajar un ideal que no puede estar solo en manos de la interlocución estatal, Europa es más que los estados, estamos las comunidades, sin soberanía, pero estamos».

Asimismo, el presidente de Castilla-La Mancha se ha mostrado contrario a la «súper estructura burocrática y endogámica» que se ha gestado en la Unión Europea. «La excesiva carga burocrática la terminan pagando los ciudadanos, hay un exceso enorme», ha comentado, para explicar que la región «no creemos en que las cosas se arreglan con más burocracia, en España es una asignatura pendiente».

En este foro entre presidentes autonómicos, Page ha señalado que la capacidad de la Unión Europea como fuerza social «es envidiada», una forma de vivir, ha dicho, con derechos y democracias en los que «todos tenemos que tomar parte -incluidas las comunidades autónomas- y no quedarnos en silencio, hay que tener protagonismo y el Comité de las Regiones es ejemplo».

Y es que para Page este organismo «representa una forma de asentar el ideal europeo» por lo que ha animado a sus responsables a remar en la misma dirección para ser partícipes de una Europa en la que son clave »los derechos y las democracias representativas y vertebradas».

Una organización que como ha deslizado el dirigente autonómico, tiene en jaque a grandes potencias como Estados Unidos, China o Rusia. «A Trump le molesta que en Europa estemos unidos porque el poder que podemos ejercer en el mundo es determinante«, ha señalado, para añadir que esas molestias están sobre la mesa «de manera directa, declarada y hostil».