Hallan en Cuenca, con su perro al lado, el cadáver de un cazador vasco desaparecido hace seis días

El hombre que halló el cuerpo sin vida dio la voz de alarma a las 9:40 desde el término municipal de La Cierva. El cadáver estaba en el paraje El Sabinar, a unos cinco o seis kilómetros del lugar donde se perdió el rastro de Joxe, de 67 años, según informaron a ABC fuentes de la Guardia Civil.

Vecino del municipio guipuzcoano de Usúrbil, de unos 6.000 habitantes y situado a unos diez kilómetros de San Sebastián, Pagola y un amigo habían acudido el miércoles 11 a Buenache de la Sierra, a 18 kilómetros de Cuenca capital, para pasar el puente del Pilar hasta el domingo. Al igual que habían hecho los días anteriores, el domingo condujeron su automóvil desde su alojamiento hasta el coto El Ensanche de Buenache y aparcaron el coche a unos 700 metros del puesto que les correspondía, según 'El Diario Vasco'.

Joxe llevaba la escopeta y un perro mientras su amigo portaba la mochila con los cartuchos porque no tiene licencia de armas ni escopeta. Al caminar más ligero que Pagola, su amigo se dirigió al puesto monte a través, mientras que Joxe se fue por un sendero que le debía llevar al mismo lugar en un espacio de especial interés: cruzado por ríos y cursos fluviales, en el coto hay cuatro tipos de zorzales (el alirrojo, el común, el tordo charlo y el zorzal real), por lo que es idóneo para cazadores.

Sin embargo, fue su compañero quien luego dio la voz alertando de la desaparición y su familia pensaba que no llegaría muy lejos, ya que pesaba 130 kilos y tenía problemas en las rodillas.

Más de medio centenar de personas, entre servicios de emergencias, voluntarios y familiares de Pagola, colaboraron en las tareas de búsqueda, que se iban a reanudar este sábado después de haberse suspendido el jueves y el viernes por el temporal de lluvia y viento.

En el operativo participaron agentes de varias unidades de la Guardia Civil, como el Seprona, la Usecic de la Comandancia de Cuenca, el Servicio Cinológico y un helicóptero. Completaron ese despliegue voluntarios de Protección Civil, personal de Cruz Roja, agentes medioambientales y de una brigada de refuerzo en incendios forestales (BRIF), además de dos sobrinos y un hermano de Joxe Pagola, a quien su perro no abandonó.