Un guardia de tráfico sobre los conductores al volante: «¡Hay un consumo de cocaína 'exagerao'!»

Con un 21 por ciento, Castilla-La Mancha es una de las regiones (excluyendo País Vasco y Cataluña, que lo gestionan directamente) con una mayor porción de positivos en los controles de cocaína de la Guardia Civil, junto a Galicia, Baleares y Andalucía. Según el estudio Stop Cocaína, de la Fundación Línea Directa, en la región el 13 por ciento de los conductores fallecidos en accidente de tráfico a los que se les hizo el test toxicológico dieron positivo en esta sustancia estupefaciente. «Una porción que se ha incrementado un 54 por ciento en la última década», apunta el informe.

«Hay un mogollón de conductores fallecidos que tomaron sustancias estupefacientes. Alcohol y cocaína, MDA (éxtasis)... Dan positivo bastante más de los que deberían», afirma una médico forense de Castilla-La Mancha. Según el estudio de la Fundación Línea Directa, la cocaína ya es la droga más habitual entre los conductores muertos en accidentes de tráfico en España y la segunda con más presencia en los controles de la Guardia Civil.

Precisamente anoche se realizaron dos masivos en la provincia de Toledo: en la A-5, a la altura de Maqueda, y en la A-42, en Illescas. Y hubo conductores que dieron positivo en THC (cannabis), en anfetaminas (cristal) o en cocaína. «¡Hay un consumo de cocaína 'exagerao'!», exclama un agente de tráfico con 14 años de experiencia en Castilla-La Mancha y en el sur de la Comunidad de Madrid. «A día de hoy, se cogen más positivos de drogas que de alcohol. Y muchos de los usuarios que paramos te dicen abiertamente que ellos consumen, pero el típico porrillo para irse a dormir», añade.

La máquina que usan para los test de drogas detecta cinco sustancias: cocaína, THC, opiáceos, anfetaminas y metanfetaminas. «Pero lo que se está viendo en auge es el consumo de la cocaína, sobre todo los fines de semana. La gente está abusando muchísimo de este tipo de sustancia y quizá haya más del 21 por ciento que dice ese estudio», cuenta el experimentado agente, que está a pie de carretera.

Algunos de sus compañeros hablan de que el consumidor de la cocaína, al ser más cara que el cannabis por ejemplo, puede vestir traje y corbata, aunque también se encuentran con currantes: «Una chica que acababa de salir de su trabajo en un negocio de hostelería dio positivo en cocaína, y dijo que lo había tomado hacía unos días por hacer el tonto. Pues hacer el tonto le salió caro».

Si das positivo en un control, los agentes te formularán un boletín de denuncia, del que no habrá que hacer caso hasta que se reciba el informe del laboratorio. Como medida preventiva, si no hay otro conductor, el vehículo permanecerá inmovilizado seis horas. Confirmado el positivo del laboratorio, la multa es de 1.000 euros -500 si lo pagas antes de 20 días- y te retiran seis puntos del carné de conducir, relata un guardia civil de tráfico que hacía unas horas había formulado cinco denuncias por consumo de sustancias estupefacientes.

«De las pruebas de droga que hago, el 90 por ciento da positivo en algo. Lo más común, THC (cannabis); y luego, cocaína», desgrana un compañero. «Hay gente que te sorprendería. Gente de traje y corbata con un coche de alta gama que piensas que no, pero da positivo», declara el agente, que ha escuchado todo tipo de excusas. «THC, más chavalería, el típico porro. Mucha gente dice que es para dormir, para los dolores... Positivo en cocaína, eso sí es vicio» y, generalmente, en personas por encima de los 30 años, subraya otro.

«¡Yo estoy bien para conducir; si me lo tomé hace dos días!», le han espetado varias veces a un policía local de la ciudad de Toledo con varios años de servicio. «La gente se encabrona mucho porque dicen que es injusto por los periodos de detección de la droga»: hasta cinco días según la sustancia y hasta 80 si el uso es regular o crónico en el caso del cannabis.

Afirma, precisamente, que en su caso el noventa por ciento de las pruebas que realiza da positivo en marihuana. «No se suelen hacer muchas pruebas de drogas por el precio; cada una cuesta algo más de treinta euros al ayuntamiento. Se hacen muchas más de alcoholemia porque cada boquilla cuesta unos céntimos», explica. «Cuando dan positivo, hay usuarios que nos piden prueba de contraste. Le damos un chupachús para que se lo pasen por la boca; luego se mete en un líquido y esto va al laboratorio. Otros nos piden el análisis de sangre, pero puede ser peor todavía porque puede haber más residuos de la droga».

En el cannabis, por ejemplo, influye la constitución física porque es hiposoluble, ya que se diluye muy bien en grasa y permanece más tiempo. La cocaína, en cambio, no. «Igual que entra la orinas», dice la médico forense, quien también alude a los falsos positivos. «Tuve que ir a un juicio por un accidente mortal en el que falleció el ocupante de un vehículo. El conductor aseguraba que había consumido cannabis y alcohol, pero no en cocaína. Y los análisis lo confirmaron», recuerda.

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Sobre las estadísticas, un guardia civil señala que depende de los kits con los que cuenten: «Hay épocas que tenemos muchos y suben los positivos en drogas; hay otras épocas que tenemos pocos y las cifras obviamente bajan». Y se sorprende de que se ha tomado el consumo como algo habitual: «Los fines de semana salgo con los amigos, con el grupo de trabajo, y es como el que sale a tomarse una cerveza. Va y consume cualquier tipo de estupefaciente como ocio o diversión. Y hay conductores que han hecho pleno: han dado positivo en las cinco sustancias que analizamos».

«Hemos detectado que cada vez se toma más droga adulterada; sin saberlo, tienen dentro de su cuerpo un cóctel explosivo», relata un compañero. «Y hasta ellos mismos se asombran cuando les advertimos de la mierda que se están metiendo». Pero muchos de esos consumidores echan la culpa a las medicinas: «Dan positivo en cannabis, metanfetamina y cocaína, y te sueltan que están tomando un medicamento para el resfriado». Y seguramente se constiparon el sábado, claro.