Encuentran nuevos restos humanos en el pozo de sondeo de Manzanares donde hallaron un húmero del empresario desaparecido en 2019

Después de que una forense determinase sobre el terreno que era humano, el húmero fue trasladado por la noche a los laboratorios de Criminalística en Madrid. Allí se ha constatado que es del empresario, desaparecido el 19 de junio de 2019 a los 57 años, tras cotejar el ADN de la pieza con las muestras indubitadas de un familiar de Jesús María. «Ha sido una satisfacción para la Guardia Civil y para la sociedad de Ciudad Real que los análisis de ADN hayan confirmado que efectivamente se trata del cuerpo de Jesús María González Borrajo», ha dicho Herreros.

«Es un placer poder reconfortar de alguna forma a la familia con el hallazgo de su ser querido», ha afirmado el jefe de la Comandancia de Ciudad Real, el teniente coronel Juan Antonio Valle, quien ha agradecido su colaboración a la empresa que ha diseñado varios elementos para conseguir sacar del fondo del agujero restos de Jesús María.

La subdelegada del Gobierno en la provincia ha felicitado también a la Guardia Civil por su empeño y su trabajo minucioso y laborioso en esta última semana, ya que ha sido muy difícil acceder a la base de un agujero de apenas 40 centímetros de diámetro y cerca de 80 metros de profundidad.

Los agentes al frente de la Operación Desgombo llevan en ese pozo, dentro de una finca del municipio manchego, desde el 31 de mayo, Día de Castilla-La Mancha. La exploración del agujero se está realizando con la presencia de los dos implicados en la muerte de Jesús María, Antonio Caba y Gaspar Rivera, acusados también del homicidio del empresario Juan Miguel Isla Fernández, de 58 años y cuyos restos aparecieron igualmente en el fondo de un pozo en marzo.

Los dos individuos, que están provisionalmente presos por el crimen de Isla, salen cada cierto tiempo del furgón desde donde siguen las labores de búsqueda. De hecho, este martes estuvieron presentes cuando fue encontrado el húmero en una bolsa. El hallazgo fue posible por la constancia de los agentes y gracias a la modificación de las herramientas elaboradas por una empresa y empleadas para extraer los sedimentos acumulados en el fondo del pozo. Por su reducido diámetro, difícilmente pudo entrar el cadáver completo de Jesús María, que medía 1,80 metros de altura y pesaba 75 kilos.

Hasta esta finca llegaron los agentes tras una declaración voluntaria de Gaspar Rivera en esta prolija investigación, desarrollada por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) y de la Comandancia de Ciudad Real, y dirigida por el Juzgado de Instrucción número 2 de Manzanares. En la operación participan otros especialistas de la Guardia Civil, como Criminalística, el Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (Greim), el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS) o el Servicio Cinológico (perros adiestrados).

Dedicado a las máquinas tragaperras y vecino de esta localidad manchega de unos 18.000 habitantes, Jesús María tenía varios automóviles a la venta y el día de su desaparición, a las 14:40, terminó la conversación telefónica con su pareja, Claudia, porque llegaba el comprador del segundo coche. Pero al empresario, que había viajado desde Vitoria, ya no se le volvió a ver.