Ahora la Guardia Civil de Guadalajara los ha detenido acusados de varios robos en negocios de hostelería en la provincia y en la Comunidad de Madrid -la mayoría son bares-, además de considerarlos un grupo criminal «muy activo». Han caído gracias a la Operación Sagalín, puesta en marcha por agentes de Policía Judicial del puesto de Azuqueca de Henares, que han contado con el apoyo del equipo Roca de la Comandancia de la provincia.
Su 'modus operandi' era generalmente el mismo: amarraban una eslinga o cincha a la puerta del establecimiento y tiraban violentamente con un vehículo que habían robado. Así entraban en el local, donde destrozaban las máquinas recreativas con mazas o una tapa de alcantarilla para apoderarse de la recaudación.
Con este método, asaltaron un local de Horche y otro de Yebes, mientras que entraron tres veces en un bar de Pozo. Dieron dos golpes en Alovera, en un bar y en una pizzería; uno más en Villanueva de la Torre y otro en la localidad madrileña de Torres de la Alameda, a una hora y cuarto en coche de Guadalajara capital.
La Guardia Civil les atribuye también la sustracción de dos vehículos, uno de ellos utilizado en varios robos, ya que fue identificado gracias a las cámaras de videovigilancia instaladas en las poblaciones.
Los investigadores estudiaron meticulosamente las matrículas de los automóviles implicados, además de reunir indicios en las inspecciones oculares. Con todo, lograron identificar a los presuntos autores, tres hombres con un largo historial delictivo por golpes parecidos que vivían en Azuqueca de Henares (dos de ellos) y Yebes.
Los arrestaron por formar presuntamente un grupo criminal, así como por simulación de delito, dos sustracciones o hurto de vehículo a motor y nueve robos con fuerza en las cosas. Después de pasar a disposición del Juzgado de Primera Instancia número 4, quedaron en libertad con cargos.
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