José Luis Blanco, «el expreso de Azuqueca»

Blanco nació en Madrid en 1967, pero a los seis meses se fue a Azuqueca. Sus padres son de La Viñuela, una aldea que pertenece a Almódovar del Campo, Ciudad Real. Con 23 años y ya con un trabajo en Renfe, se ocupó de la Concejalía de Urbanismo de Azuqueca de Henares hasta 1995. Diplomado en Relaciones Laborales, Blanco trabajaba como supervisor de servicios a bordo hasta hace dos años en la principal operadora ferroviaria de España. Desempeñaba la figura de un relaciones públicas dentro de los vagones del AVE con el objetivo principal de que todos los clientes estén cómodos y disfruten del viaje. Estuvo en esas tareas hasta que pidió la excedencia en 2015 (la segunda vez que lo hacía) para ejercer como alcalde de Azuqueca de Henares, «mi máxima aspiración en política». «Cuando termine como alcalde, volveré a mi puesto de trabajo en el AVE», aseguró a ABC después de registrar su precandidatura.

Este martes el socialista no fue puntual en la cita por unos minutos, como posiblemente le afeó Ezequiel al oído, pero sí ha sido el único militante, de momento, que ha presentado por escrito su intención de ser el guía de sus compañeros de partido en las tierras de Don Quijote. Se espera que Emiliano García-Page , presidente regional, también lo anuncie antes de que termine el plazo, este miércoles a las diez de la mañana.

A pesar de tener, presuntamente, a muchos afiliados en su contra (el 66 por ciento de los militantes de Azuqueca ha firmado un manifiesto pidiendo que no se presente), cumplió con ese requisito estatutario este martes a las 12.40. Con el secretario general de su partido, Pedro Sánchez , apoyándole desde Ferraz, Blanco llegó a la sede regional socialista acompañado de Antonio Belmonte , alcalde de La Gineta (Albacete); Agustín Jiménez , alcalde de Noblejas (Toledo); Daniel Jiménez , portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Guadalaja, además de Elisa Cansado , Juan Pablo Román y Sagrario Bravo , concejales del Ayuntamiento de Azuqueca. Otra media docena de afiliados le esperaban en la puerta para arroparlo.

La mayoría de todos ellos subió con Blanco las escaleras hasta la segunda planta para registrar su precandidatura, paso previo para participar en las primarias (tiene que obtener, al menos, el 10 por ciento de avales de los militantes en la región, unos 1.250 apoyos, antes del 15 de septiembre). «Me hubiera gustado que el porcentaje fuese menor para poder dar más oportunidades a otros candidatos», admitió luego ante los periodistas.

Atendió a los medios de comunicación en la sala multiusos de la sede. Sin el aire acondicionado funcionando en una jornada muy calurosa, Blanco respondió a preguntas durante casi 20 minutos. Incidió en varias ideas: «Necesitamos un partido fuerte, coherente, creíble y de izquierdas» para ganar elecciones y tener un futuro; «No queremos las sedes cerradas ni el notable descenso de afiliados, sino acercar el partido a los jóvenes»; «Hay que fomentar la figura del militante y escuchar a la militancia», que ha disminuido de 24.000 a 14.000 en los últimos años, o «No voy a hablar mal de ningún compañero o compañera». Alzó la voz también para lanzar otro pensamiento: «La región se merece un modelo de partido de renovación, de cambio, que tenga continuidad con lo que se aprobó en el 39 Congreso Federal».

Su decisión de presentarse a la carrera por el liderato socialista en Castilla-La Mancha la comunicó el viernes a Pedro Sánchez y a Emiliano García-Page por «lealtad institucional», aunque no pudo hacerlo personalmente en ambos casos. En el caso de Page, le envió un wasap para comunicar su decisión, como desveló a ABC la pasada semana. Después de haber dado el paso, Blanco desea que no haya presiones dentro del partido y «cada uno pueda decir lo que quiera», por lo que espera que todas las partes implicadas en este proceso se comporten con el «máximo respeto».

El alcalde de Azuqueca de Henares, que respalda el acuerdo de Page con Podemos para gobernar Castilla-La Mancha aunque «tenía que haber sido votado por la militancia», lanzó un mensaje al presidente castellano-manchego: «Entendemos la reflexión, pero no entendemos los silencios». Si el 30 de septiembre lograse la victoria, Blanco se haría a sí mismo un gratificante regalo al cumplir los 50 años el próximo 10 de octubre.