La Reina Letizia entrega a la periodista de ABC Alexia Columba el premio Unicef España

«Cuando uno escribe se devana los sesos por intentar saber cómo contar una historia: a quiénes llamar, con quiénes hablar... y, en el proceso, van surgiendo dos certezas. La primera es que sin organizaciones como la de Unicef y la labor y el trabajo de miles de profesionales, a los periodistas nos resultaría extremadamente difícil o imposible en muchos casos poder saber lo que se mueve entre bambalinas. Situaciones denunciables, grupos invisibilizados y poder acceder a todos ellos...», declaró Columba. Y añadió: «La segunda certeza es que la realidad de los orfanatos en una guerra es la realidad de los que se quedan atrás. Y muestran que el hábito de la desesperación es peor que la desesperación misma. Por eso es tan importante saber contar una historia para saber hablar de ellos, esos que en un principio resultan los irreconocibles y todos sabemos esa máxima de 'lo que no se habla no existe'».

Columba explicó que solo lleva un año y medio ejerciendo como periodista y mencionó el primer texto que publicó, donde habló sobre «los unos y los otros»: «En él hacía referencia al individuo en primera persona, a ese yo que ocupa grandes habitaciones. Y luego están los otros, esos que están a más de un tiro de distancia, pero que ponen a prueba tanto nuestra buena voluntad como su fecha de caducidad».

«Sin duda esta guerra, la guerra de Ucrania, pone bajo el foco la paciencia de Occidente con esos otros. Y también plantea la incómoda pregunta de cuánto va a durar», apuntó Columba, al tiempo que reconoció que «mientras, la vida continúa y en las escuelas de Periodismo se sigue enseñando esa grandilocuente frase de 'la primera víctima de una guerra es la verdad'»: «Sin embargo es una frase que no está completa, que le falta algo importante, porque lo cierto es que lo que ocurre en los orfanatos venía denunciándose mucho antes de la guerra y seguirá pasando mucho después, como los propios protagonistas reconocían. Tampoco es menos cierto las adopciones forzosas que llevan a cabo en Rusia de esos niños. El hervidero de violencia, negligencia y de tráfico sexual que allí se mueve y que tiene como principales víctimas a las niñas y los niños de esos orfanatos que pueden llevar allí décadas encerrados. Los llamamos los más frágiles, pero a fuerza de las circunstancias, terminan siendo los más resistentes».

En primera fila, junto a la Reina, se encontraban también la ministra de Ciencia e Innovación en funciones, Diana Morant; el presidente de Unicef España, Gustavo Suárez Pertierra; y la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, María Eloísa del Pino. Ellos junto al resto de asistentes, siguieron en silencio y muy atentos la intervención de Columba, quien antes de terminar intentó contestar a una pregunta sobre todos esos niños: «¿Cómo hablamos de todos ellos para que no caigan en el saco de la indiferencia, cuando los niños son los refugiados climáticos, cuando son los migrantes del estrecho o los protagonistas de una crisis humanitaria en el cuerno de África, además de la deuda pendiente que tenemos con ellos por su salud mental?».

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«Al final puede que sea verdad la idea de que la primera víctima de una guerra sea esa verdad, pero el primero en caer en carne y hueso es otro cuyos derechos son atropellados sistemáticamente. Decimos pertenecer a una sociedad global que avanza, pero muchas veces dejando a otros atrás. Y en ese sentido es donde fallamos. Y premios como los de Unicef vienen a recordarnos precisamente eso: que los derechos humanos son la cuota de humanismo que debería regir en toda sociedad. Y además, al final, son la mejor prueba de nuestra decencia como grupo y sobre todo como individuos. Así es como se puede empezar a contar una historia».

En esta nueva edición de los Premios Unicef España, también se ha reconocido a la Unidad de Cardiopatías Congénitas del Hospital La Paz de Madrid, en la categoría Transforma; y a Shabana Basij-Rasikh, activista afgana cofundadora de School of Leadership of Afghanistan, en la categoría Joaquín Ruiz-Giménez.