Moncloa pide una audiencia de Sánchez con el Papa y envía a Montero y Bolaños al Vaticano con los Reyes

Se trata de una anomalía que no suele suceder, ya que una vez la Casa del Rey anuncia la presencia de los Reyes en un acto de estas características, la reacción desde Moncloa suele ser casi inmediata y responden informando sobre quiénes serán los miembros del Gobierno que les acompañan. En este caso, no ha habido comunicaciones oficiales y, a dos días de que se celebre la misa de inicio de Pontificado de León XIV, desde Moncloa han confirmado la presencia de Montero, Bolaños y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Según ha podido saber ABC, en un principio iba Montero acompañando a los Reyes porque había un número de plazas muy reducido, pero luego ampliaron. Según explican, en ese momento se lo ofrecieron a Feijóo, quien confirmó su presencia el miércoles, un día después de que Zarzuela confirmase a los Reyes, mientras el Gobierno mantenía la incógnita sobre la delegación.

Desde Moncloa informan, además, de que se ha cursado una invitación al Papa León XIV a través de la embajada de España ante la Santa Sede para que reciba al presidente del Gobierno.

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Los Reyes encabezarán la delegación española en la misa de inicio de Pontificado de León XIV

Angie Calero

Desde el Gobierno todavía no han informado sobre los ministros que acompañarán a Don Felipe y Doña Letizia

Pedro Sánchez participa este viernes en Tirana (Albania) en la Cumbre de la Comunidad Política Europea. Mañana estará en Bagdad, donde asistirá a la reunión de la Liga Árabe, en la que se abordará la situación en Líbano y Gaza. De haber decidido acompañar a los Reyes este domingo, se habría convertido en el segundo presidente del Gobierno en asistir a la entronización de un Sumo Pontífice y el primero de un Ejecutivo socialista, ya que José Luis Rodríguez Zapatero no acudió a la ceremonia de inicio de Pontificado de Benedicto XVI, que se celebró el 24 de abril de 2005. Este gesto vaticinó la distancia en las relaciones diplomáticas entre España y El Vaticano, avivadas con leyes como la del aborto y la del matrimonio homosexual, que desde la Santa Sede calificaron como «anticlericalismo radical».

Al igual que sucedió el pasado 26 de abril en el funeral del Papa Francisco, la plaza de San Pedro se convertirá el domingo en una cumbre de mandatarios mundiales. Aún así, Sánchez no irá. Lo que sí estaba en su mano era enviar a un nutrido grupo de ministros para que tanto la representación del Gobierno como la compañía de los Reyes estén a la altura de las circunstancias. En esto se escudó cuando se le criticó por no asistir al último adiós del Papa Francisco en el Vaticano, ya que suponía «un error político de primera magnitud», como expresó a ABC el que fuera embajador de España ante la Santa Sede, Francisco Vázquez. Desde Moncloa dijeron entonces que con la asistencia del Rey y la de las vicepresidentas primera y segunda, María Jesús Montero y Yolanda Díaz, junto con el ministro de de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, España estaba suficientemente representada en el funeral.

El Gobierno ha contado con el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, quien también formó parte de la delegación de España en la despedida al Papa Francisco. En este caso, sí hay un cambio respecto a la entronización de Benedicto XVI, cuando Mariano Rajoy, como líder del partido, encabezó una delegación del PP que completó el secretario general, Ángel Acebes; el portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana y el secretario general del grupo, Jorge Fernández.

La del próximo domingo será la primera vez en la que Don Felipe y Doña Letizia asistan al comienzo de inicio de un pontificado siendo Reyes. Aunque ya presidieron la delegación para la primera misa del Papa Francisco, por aquel entonces eran todavía Príncipes de Asturias. Don Felipe vistió entonces el uniforme de gran gala del Ejército de Tierra con destacadas condecoraciones, entre ellas el Toisón de Oro, la máxima condecoración de la Casa Real española. Doña Letizia optó por un traje de chaqueta de color negro con el largo de la falda por la rodilla. Y se cubrió el pelo con una sencilla mantilla de encaje, pero sin la tradicional peineta. La Reina no pudo hacer uso del histórico «privilegio del blanco», ya que todavía era Princesa de Asturias y este código de vestimenta ante el Santo Padre está reservado solo para las Reinas católicas, tanto titulares como consortes. Lo más probable es que este próximo domingo también lo haga para la entronización de León XIV.