JK5022: 14 años del vuelo que nunca llegó a Gran Canaria

La mayor parte de las víctimas fueron familias canarias, que como cada año y convocados por la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 se han reunido en actos y ofrendas florales para recordar las vidas que se llevó este accidente, una de las tragedias aéreas más graves ocurridas en España.

Aunque la aerolínea quebró en 2012 y la causa judicial se cerró hace nueve años, pero la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 han logrado mantener activa la lucha y hoy, 14 años después, las vidas que se truncaron en aquel despegue en la T4 de Barajas se puede decir que no han sido en vano.

Este accidente y gracias a la Asociación se marcó un antes y un después en el ámbito de la seguridad aérea en España, ya que el Parlamento Europeo aprobó en 2010 la obligación de las aerolíneas de facilitar la lista de pasajeros en un máximo de 2 horas en caso de siniestro, a petición de España, la obligatoriedad de un plan de asistencia, un Protocolo de Coordinación para la asistencia a las víctimas de accidentes aéreos y sus familiares, un Real Decreto que reconoce la labor de la asociación y se creó una Red Europea de Autoridades de Investigación sobre la Seguridad de la Aviación Civil, con hasta 31 recomendaciones a raíz del informe final de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac) que incluía un total de 33.

España ya está al día con las recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) tras el accidente de Spanair de 2008.

En cuanto a seguridad, en los años transcurridos desde el accidente, Aena ha invertido 117 millones de euros en seguridad en Barajas, en un nuevo sistema de frenado de emergencia en pistas, nuevo radar de superficie, un cuarto parque de bomberos, nuevo protocolo de comunicación con torre y servicios médicos y mejoras en pavimento y aplanamiento de terrenos, y se han realizado 580 simulacros entre totales y parciales.

El portavoz de la Asociación, Federico Sosa, ha explicado que «cada año se hace más duro venir a conmemorar el aniversario» porque en todo este tiempo «se han ido marchando personas confiando en que los que seguimos en la lucha conseguiríamos los objetivos». El dictamen de conclusiones de la Comisión de Investigación, «recoge algo que siempre hemos denunciado, que esta tragedia se debió a un fallo sistémico de la aviación española, que sigue latente» y por eso la Asociación resiste 14 años después.

Ha denunciado nuevamente la «desidia» de las administraciones para cumplir las conclusiones y depurar responsabilidades que es la forma de »encontrar pronto la paz y la justicia que nos permita seguir viviendo, con las heridas abiertas de por vida pero sin sangrar de pena, impotencia y tristeza«. La Asociación «renueva sus objetivos por la lucha en la memoria de los muertos y en beneficio de la seguridad de los vivos».

El alcalde en funciones de Las Palmas de Gran Canaria, Javier Doreste, ha señalado que este ha sido un acto por la «verdad, justicia, reparación, y memoria» y ha pedido «llegar hasta el final».

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) celebró en Las palmas de Gran Canaria un congreso monográfico sobre seguridad aérea, dedicado a la asistencia a los familiares de víctimas de los accidentes aéreos donde se ratificó un Día Internacional de las Víctimas de Accidentes Aéreos y sus Familias, y donde se pidió nuevamente que el Congreso mandase a la Fiscalía General del Estado, al Consejo de Estado y al Ministerio de Transporte, el dictamen para que investiguen posibles responsabilidades judiciales que merezcan sanción a las 18 personas que están como responsables en el mismo.

Entre las recomendaciones, se plantea la creación de un órgano multimodal de investigación y prevención de accidentes con víctimas múltiples que funcione para todos los medios de transporte, como viene solicitando tanto la asociación como los representantes de pilotos, maquinistas y navegantes.

Según el documento, el accidente aéreo de Spanair, se produjo por una «correlación de factores», entre las que figuran las dificultades económicas de la compañía, la presión a causa del ERE que amenazaba al personal, la prórroga del Certificado de Aeronavegabilidad para el avión siniestrado por parte de la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) «sin mediar inspección», el fallo de la alarma TOWS, que no advirtió de la configuración incorrecta y que es un problema que fue detectado hasta en 72 ocasiones en otros aviones y el plan de emergencia de Aena en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas que se activó de manera tardía.