El asesino de Romina Celeste confiesa el brutal crimen cuatro años después

El abogado de la defensa de Raúl D.C., el marido y presunto asesino de Romina Celeste, ha pedido al jurado popular el veredicto de culpabilidad para su cliente. Como ha señalado, «no se puede devolver la vida a Romina Celeste» pero su defendido quiere «acabar con el dolor de la familia», la de la víctima y también la suya propia.

El acusado ha confesado que maltrató recurrentemente a su mujer, y que lo hizo por considerarla inferior, por ser mujer y por su dependencia económica de especial vulnerabilidad, y que la usaba como objeto sobre el que descargar su rabia. Ha confesado el crimen, que la mató voluntariamente, que quemó su cadáver en una barbacoa en el patio de la vivienda y que metió sus restos en bolsas de basura que luego lanzó al mar. También ha admitido que realizó una denuncia falsa de desaparición ante la presión de la familia de Romina Celeste y la investigación.

Raúl D.C. no ha dado declaraciones a los medios de comunicación en su salida de la Audiencia de Las Palmas que investiga el caso, tampoco donde lanzó los restos que no han podido ser localizados de la joven. La abogada de la familia de romina Celeste y su madre han adelantado que ofrecerán una rueda de prensa en las próximas horas para aportar detalles de lo sucedido.

Romina Celeste fue víctima de malos tratos en varias ocasiones, dos de ellas confirmadas, y soportó esta situación porque necesitaba renovar sus papeles y tenía dos hijos a su cargo a los que necesitaba mantener. Ella, que había ejercido la prostitución, confesó a una amiga con la que trabajó en el club y a su marido que había sido víctima de malos tratos, y vivió incluso con ellos durante un mes ante el peligro para su vida de regresar a su casa. Durante este periodo, Romina Celeste entró en depresión e intentó incluso quitarse la vida ingiriendo una gran cantidad de fármacos, pero la rápida actuación de su amiga le salvó la vida.

Dos días antes de la agresión que le costó la vida, el acusado volvió a darle una paliza, tras la que su amiga y su marido trataron de denunciar y evitar que regresase a la vivienda. Raúl D.C. prometió no volver a agredirla y le pidió perdón, en una confesión apenas 48 horas antes de matarla a sangre fría.

Raúl D.C. está acusado de seis delitos, y es el presunto culpable de haberla matado en enero de 2019 y de haber tratado de hacer desaparecer sus restos, quemándolos y arrojándolos al mar. Entre los delitos que se le atribuyen figuran homicidio, maltrato habitual, lesiones (en este caso dos), profanación de cadáver y simulación de delito. De acuerdo a la Fiscalía, se podrá atener al atenuante de reparación del daño al haber pagado la indemnización a la familia en su práctica totalidad antes de la fecha del juicio. El atenuante por confesión considera que solo es válido si es «real y efectiva», y que l acusado mintió y fue incoherente en su declaración.

De acuerdo a la investigación, Raúl D.C golpeó mortalmente a su mujer en la madrugada del 1 de enero de 2019, causándole la muerte. El Instituto de Igualdad señala que la atacó de forma sorpresiva, limitando su defensa e incrementando su sufrimiento y dolor, lo que le lleva a elevar a los cargos a asesinato.

Tras matarla a golpes, quemó una parte de su cuerpo en la barbacoa, desmembró el resto del cuerpo y lo metió en bolsas de basura. Alquiló un coche con ese fin y condujo hasta la zona de Los Hervideros en Costa Teguise donde supuestamente arrojó las bolsas al mar. Contó que había elegido los puntos que más le gustaban a Romina de la isla.

Descuartizó el cuerpo y quemó al menos una parte en la barbacoa que tenían en el jardín. Los vecinos, alarmados por el hedor y las llamas, se presentaron en la casa y él, con total tranquilidad, les contó que estaba haciendo un asado.

Le llevó dos días en meter las partes del cuerpo que no pudo quemar en bolsas de basura y arrojarlas al mar en diferentes puntos de Costa Teguise, primero una parte en la zona de Los Ancones, y después otra en la de Los Hervideros, para lo que alquiló un vehículo el 3 de enero.

Limpió el cuarto de la lavadora donde había guardado la barbacoa que usó para quemar el cuerpo y limpió en profundidad la casa, aunque fueron encontrados restos de sangre en el baño y en el dormitorio, con evidencias de una brutal agresión. Una semana después, tras las insistentes llamadas de la madre de Romina, se presentó en el cuartel de la Guardia Civil y denunció la desaparición de su mujer en un intento de despejarse el camino.

El marido de Romina Celeste fue detenido el día 13 de enero de 2019 y tras su puesta en libertad cambió su residencia a Madrid, donde tiene la obligación de presentarse ante un juzgado semanalmente desde que salió de la cárcel de Tahíche, en Lanzarote.