El misterio de los árboles que sobrevivieron a la lava: ¿milagro o ciencia?

En Las Manchas, la zona sur de la emergencia y cercana a la colada 10, tanto el vulcanólogo del IGN, Rubén López, como el sismólogo de la misma entidad Itahiza Domínguez retrataron tres pinos que a pesar de tener lava en sus raíces y ramas seguían en pie ¿milagro o ciencia?

Estos árboles, vivos a pesar del aspecto deteriorado sin vegetación y con el tronco anaranjado fruto del impacto de los gases fueron publicados en las redes sociales de ambos profesionales de las erupciones, buscando una respuesta a lo que parecía un imposible.

Más de 60 comentarios de seguidores de todo tipo trataron de resolver el enigma, en una propuesta que compartieron cientos de personas. La vulcanóloga del IGME-CSIC, Inés Galindo, tiene la respuesta y la ha compartido con ABC.

«La lava está tan caliente que no hay oxígeno y sin oxígeno no hay combustión » es por eso que «las lavas se emplazaban y no quemaban las casas sino que las iban demoliendo con una destrucción por fuerza de empuje de la lava y no por el calor».

Lo mismo ocurre con estos pinos canarios, que previsiblemente han recibido una «bomba» de lava. «Se pueden producir incendios a cierta distancia», ha asegurado, aunque lo más común es que la colada engulla y no que incendie sus alrededores. «En Canarias hay lavas históricas con moldes de troncos» y el pino canario «se ha sabido adaptar a las altas temperaturas y son muy resistentes a los incendios, porque solo si se quema el núcleo muere y si es capaz de regenerarse».

Esta virtud, única en la especie, «es fruto de la adaptación al vulcanismo y la formación geológica de las islas», ha apuntado Galindo en el foro LiveTalks de CosmoCaixa.

La asociación Fenix Gran Canaria, que estudia el proceso de regeneración de las zonas afectadas por los incendios en la isla, ha explicado la fortaleza del pino canario cuya supervivencia depende de la cercanía del cono.

«Debido a las altas temperaturas, algunos ejemplares cercanos pueden entrar en autocombustión adquiriendo colores negruzcos, pero otros muchos, también los más alejados, adquieren tonalidades rojo-anaranjadas» que se deben a «las lluvias de piroclastos y cenizas que producen un 'efecto lija' sobre la corteza, dando lugar también a estos « pinos esqueletizado s». Tal y como apuntan, «muchos de estos pinos alcanzados por la lava quedarán sepultados o semienterrados, pero otros serán capaces de resurgir reponiendo corteza, hojas y copas».