Ayuso y García Ortiz, juntos por primera vez desde la investigación al fiscal general

Ni siquiera se ha detenido la entrada al Palacio de las Cortes. Mucho menos se ha puesto delante del micrófono situado en el patio de la Cámara Baja como sí hicieron otros mandatarios regionales del PP como el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el de Murcia, Fernando López Miras o el de Aragón, Jorge Azcón. Y sobre todo, como ella misma acostumbra a hacer en años anteriores. La baronesa popular se ha limitado a compartir una publicación en redes sociales en la que alaba la Carta Magna, que ayer cumplió 46 años, y reivindica su pertenencia a «todos los españoles». Todo el protagonismo para Feijóo.

Tanto así que, una vez finalizado el discurso institucional de la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, en el Salón de los Pasos Perdidos, ha salido a la carrera con su equipo sin mirar atrás ni despedirse de nadie. Momentos previos al acto se la ha podido ver conversando, entre otros asistentes, con el defensor del Pueblo, el socialista Ángel Gabilondo. A escasos metros de Ayuso y el antiguo líder del PSOE en la Comunidad de Madrid se encontraba el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz con el que no ha intercambiado mirada alguna en toda la mañana y con el que mantiene una guerra abierta desde hace meses.

Al contrario que Ayuso, el fiscal general sí se ha detenido a departir con autoridades y periodistas. Si bien reconoce que se trata de una situación compleja, en conversaciones informales con estos últimos, ha asegurado estar «tranquilo» porque la causa judicial abierta contra él por la filtración de los correos del caso de la pareja de la presidenta madrileña, Alberto González Amador, va a acabar en nada. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado estas mismas conversaciones con los medios para lanzar un capote al fiscal general y reiterarle su pleno respaldo.

Este primer encuentro 'indeseado' entre Ayuso y García Ortiz desde la apertura de la investigación al fiscal general se produce apenas un par de semanas después de la exclusiva de ABC que provocó la dimisión del secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, tras destapar que acreditó ante notario que Moncloa le ofreció la información filtrada sobre el novio de Ayuso antes de publicarse en los medios para usarla contra la presidenta en la Asamblea.

Esta semana ha salido a la luz, además, la estrategia de García de Ortiz de escudarse en medios afines para desmontar que la filtración no partía de la Fiscalía y que los medios ya disponían del correo de González Amador. después de que el Supremo haya citado como testigos a ocho periodistas. También al jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, de quien el sucesor de Lobato en la capital, el ministro Óscar López, espera que cuente «toda la verdad» para acabar con la causa abierta contra el fiscal, dijo en declaraciones desde Bélgica.

Al margen de este encuentro, ha sido el regreso al Congreso de los Diputados, catorce años depués, de un presidente de la Generalitat de Cataluña y su firme defensa de la Constitución otro de los momentos estelares de la jornada. A pesar de haberse comprometido a pacta con ERC un cupo independentista no incluido en la Carta Magna, el socialista Salvador Illa ha reivindicado este viernes que «la mejor manera de defenderla es no apropiarse de ella» y mucho menos, ha señalado, usarla como «arma arrojadiza». Unas palabras que han merecido la reprimenda Oriol Junqueras, que aspira a recuperar el mando de ERC en el Congreso que celebrará próximamente la formación separatista.