Susana Díaz: todo para salvar el cargo

Unas palabras que suponen una enmienda a la totalidad a su forma de hacer política, a su concepto de entender España y a la imagen pública que lleva trabajándose desde el año 2016 cuando inició su campaña contra Pedro Sánchez y se preparó para dar el salto a la política nacional. En esos años, Susana Díaz se veía ya cerca de la Moncloa y quería presentarse ante los españoles como una mujer de Estado, que anteponía los intereses de España a los del PSOE.

La entonces presidenta de la Junta de Andalucía se codeaba con lo más granado y poderoso de este país —incluyendo altas instancias del Estado y empresario del Ibex 35 con los que se retrataba en San Telmo— y estaba convencida de que «su» PSOE saldría vencedor de una batalla que se tornó cruenta y que a ella se la llevó por delante.

Susana Díaz abogaba por la abstención de los 84 diputados del PSOE en el Congreso ante la investidura de Mariano Rajoy para permitir «la estabilidad de España» a cambio de nada. Enfrente, Pedro Sánchez con su «no es no» que le costó una salida deshonrosa del PSOE federal, en el recordado comité federal del 1 de octubre de 2016, y su posterior dimisión del acta de diputado para no permitir el Gobierno de Rajoy.

Entonces, quizás sin saberlo, se convirtió en el líder de los militantes y Susana Díaz en el ejemplo del poder establecido, de las baronías acomodadadas en el poder que querían perpetuarse en él. En el debate previo a las Primarias socialistas del 22 de mayo de 2017, cuando Susana Díaz estaba en la cúspide de su poder y contaba avales y daba por sentado que ganaría, Susana Díaz le dijo a Pedro Sánchez «Pedro, el problema no soy yo; eres tú. La gente no se fía de tí; deberías hacértelo mirar».

Desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa por primera vez, el destino de Susana Díaz estaba escrito aunque el líder federal no tiene prisa por que se cumpla. No quiere convertirse en ella, en un líder que lamina a sus enemigos políticos y eso es una oportunidad para Susana Díaz que está dispuesta a aprovechar hasta las últimas consecuencias.

Por eso ha cambiado su estrategia de oposición. Cuando antes denostaba a Pablo Iglesias acusándolo de promover mociones de censura «que van y vienen por el ego de Iglesias», ahora ve un Gobierno progresista que trabajará para la gente, por más que ella no se entienda en Andalucía de ninguna manera con quienes son los socios de su líder federal, Pedro Sánchez.

El PSOE andaluz se va a dedicar, a partir de ahora, a «dar lustre» a las medidas que tome el Gobierno de España, al que van a defender a capa y espada. Los intereses ahora han cambiado y Susana Díaz es plenamente consciente de que su cargo como secretaria general y como candidata a la Junta de Andalucía se tambalea como nunca en su vida.

Está en juego su supervivencia política y por eso la estrategia de oposición del PSOE andaluz a la Junta de Andalucía del PPy Ciudadanos va a estar centrada en rehabilitar la figura de Susana Díaz. Y si para eso, ella tuvo el martes que dejar constancia en las actas del Parlamento de que ha cambiado , lo hace sin pestañear y sin que, además, nadie le diga lo contrario . Al menos en persona porque las redes sociales y los grupos de mensajería que comparten los socialistas echaban humo y no precisamente blanco. Uno de los vídeos con más recorrido fue la interpretación de «Señora» de la gran Rocío Jurado. Muy revelador.