Juanma Moreno descarta ir a unas elecciones en Andalucía aunque las encuestas le favorecen

Las prisas de Vox responden a una estrategia de su líder nacional, Santiago Abascal, por ofrecerse al PP como «socio fiable» y sembrar la desconfianza hacia Ciudadanos allí donde ambas formaciones comparten gobiernos, como sucede en Andalucía, tras el ‘terremoto’ de las mociones de censura murcianas y su réplica en Madrid.

La alianza de las tres formaciones tras las elecciones del 2 de diciembre de 2018 catapultó a Moreno, con tan sólo 26 diputados, como presidente de la Junta y permitió desalojar al PSOE de Susana Díaz de su feudo 37 años después. De celebrarse hoy los comicios, el PP ensancharía su espacio electoral a costa de achicarle el campo al partido del vicepresidente Juan Marín. La encuesta realizada por GAD3, que publicaban ayer Ideal y El Confidencial, dibuja un corrimiento del centro-derecha. Según el sondeo de 3.000 entrevistas, el PP se colocaría a un palmo de la mayoría absoluta (55 escaños) con una horquilla de 48 a 53 diputados , entre 15 y 20 más que en la actualidad, mientras que el PSOE se estancaría con 32 ó 33 parlamentarios y Vox se alzaría como la tercera fuerza hasta alcanzar los 15 ó 18 diputados —ahora tiene 12—. Ciudadanos retendría entre 4 y 5 escaños de los 21 logrados en 2018, el mismo resultado que sacaría la nueva marca electoral de Unidas Podemos por Andalucía.

Por mucho que la encuesta sea sólo una foto o una «PCR del momento» —en palabras del consejero Elías Bendodo — añade un plus de tensión al bipartito andaluz. Todos ganarían en la triple alianza salvo la formación naranja, que pasa de soñar con un ‘sorpasso’ frente a los populares en los pasados comicios a preocuparse por conservar la llave del Palacio de San Telmo.

En la parte ‘popular’ del Ejecutivo regional son conscientes de que el momento político es «idóneo» para convocar elecciones. Confluyen tres factores que le favorecen. El primero, ya apuntado, el trasvase de votos de Cs al PP. El segundo es la debilidad de la oposición: el PSOE está «desorientado» bajo la dirección de Susana Díaz , que pugna por su propia supervivencia al frente del partido, señalan. El tercer factor es el «efecto Juanma Moreno», que ya se proyecta como una marca consolidada.

El presidente andaluz es capaz de suscitar corrientes transversales de simpatía mucho más amplias que las siglas que encabeza —«la marca PP no está en su mejor momento», reconocen las fuentes populares—. Prueba de ello es que Moreno recibe buena nota (5,1) incluso entre el electorado que se considera socialista. «Es la primera vez en diez años que se produce una transferencia de votos del PSOE al PP», destacan en la Junta.

Con el viento soplando a favor, en el PP prefieren aguantar. Necesitan rendimientos y «pasar página a la pandemia». Desconfían de una encuesta que proyecta la sensación de todo está ganado. Moreno apuesta por « marcar distancias con otras comunidades ». «Yo me he encapsulado en mi territorio y en mi responsabilidad», porque llamar a las urnas «sería dejar tirados a los andaluces» en la peor crisis desde la Guerra Civil, dijo.Tampoco Marín le ha dado motivos para romper: «Me siento cómodo en esa mayoría».

Vox apoyó la decisión de la presidenta Isabel Díaz Ayuso de convocar elecciones anticipadas en Madrid. Los de Abascal se mueven como pez en el agua en la lógica de la polarización del voto. Justo en la dirección contraria en la que nada el presidente, que es firme defensor de lo que llamó el «modelo andaluz» , refrendado hace sólo diez días mediante la firma de una adenda a su pacto de gobierno, en plena la ofensiva del PP nacional para absorber al partido de Inés Arrimadas.

Como la canción de Sabina, hay «mucho, mucho ruido». El Parlamento andaluz se convirtió en el mejor sonómetro para medir esos decibelios. A las embestidas de Vox, que puso en circulación que la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, «tanteó una moción de censura» con el PSOE andaluz, Cs reaccionó reivindicándose. «Somos íntegros», proclamó el portavoz ‘naranja’, Sergio Romero, que le recordó a Hernández que su exdiputado Francisco Serrano «se ha tenido que ir a su casa» imputado por un supuesto fraude en subvenciones.

Susana Díaz quiso pescar en el río revuelto del centro-derecha e instó a Moreno a que «arregle los líos que tienen entre los tres porque la salud de los andaluces es lo primero». En su contraataque, el presidente le afeó que ha descuidado la oposición porque «dedica sus energías a hacer una gira» para las primarias del PSOE-A, y la acusó de falsear datos para desgastar al gobierno: «S i sonara una alarma antibulos cada vez que diera una noticia , a usted no se le escucharía en el Parlamento porque estaría sonando permanentemente». Por ahora, sólo suenan tambores electorales en la lejanía. Por algo se empieza.