¿Elecciones el día de san Onofre o el de san Romualdo? Cuestión de esperar

Es más que posible que a estas alturas Moreno desconozca si va a convocar las elecciones en esa fecha, una semana antes, o definitivamente las trasladará a otoño. Pero a tenor de las presiones que está recibiendo el presidente puede que, como San Romualdo, tenga que recluirse a meditar en soledad su decisión, en un lugar tranquilo, como aquel hotel rural de Villamanrique de la Condesa donde escribió su discurso de investidura.

Concluido el congreso que ha otorgado a Núñez Feijóo el liderazgo nacional del PP, Moreno se debate en la duda por adelantar elecciones o aguantar hasta octubre. Y lo explica en un perfecto gallego: su intención es agotar la legislatura , pero en el momento que vea que no puede gobernar disolverá el Parlamento.

El debate, como han podido leer esta semana en ABC, sigue abierto. Su gobierno está dividido entre quienes prefieren junio y los que le piden aguantar hasta el final de esta legislatura. El portavoz parlamentario del PP, José Antonio Nieto , la da ya por finalizada. Celebrar en junio las elecciones se puede considerar como un adelanto «técnico» ya que estaría prácticamente agotado el periodo de sesiones en julio. Siguiendo la tesis de Nieto, posicionado a favor del adelanto, no habría que dar más explicaciones.

En el Gobierno es Juan Bravo el consejero que más desea la convocatoria en junio. No contar con presupuesto está complicando la gestión del Ejecutivo andaluz desde que PSOE y Vox bloquearon las cuentas de 2022. Celebrar las elecciones en junio permitirá todavía aprobar las cuentas que quedaron en el cajón. Hacerlo en octubre solo da para proyectar las de 2023.

Entre los que animan a llevar a término la legislatura están los socios de Gobierno. Juan Marín lo explicaba con claridad en estas páginas. Tiene un «acuerdo» con el presidente para que así sea y no cree que por unos meses se vaya a romper una lealtad que durante más de tres años ha sido invulnerable. Elías Bendodo , interlocutor del PP con Marín, asegura que serán en otoño. También se descartó para la dirección nacional del PP y ya ven.

Los condicionant es son tantos que sería imposible acertar hoy con la fecha. Para convocar, el presidente tiene que disolver el Parlamento con 54 días de antelación y en ese tiempo pueden pasar muchas cosas, incluso perder un Gobierno, que haya una reactivación de la pandemia, que se acabe una guerra o se inicie otra... Adelantar siempre supone asumir el riesgo de cometer un error no forzado .

De ser en junio podrían ser el 12, día de s an Onofre , otro eremita y anacoreta, o el referido 19, antes de las vacaciones escolares de verano. Si se opta por otoño serían en octubre, mes del que siempre ha hablado Moreno. Antes de que llegue el frío . El calendario natural fija las elecciones para el último fin de semana de noviembre , ya que las últimas fueron el 2 de diciembre.

La ventana veraniega ofrece la posibilidad de aprovechar el impulso que ha supuesto el congreso clausurado ayer en Sevilla. Resulta muy tentador. Moreno se ha fortalecido y el efecto Feijóo como alternativa de Gobierno en España juega a favor de mermar el crecimiento de Vox. Hasta tal punto parece tan irresistible este impulso que el PSOE anunciaba ayer que en la semana que entra aprobará el calendario para elección de candidaturas en las listas de las ocho provincias. Juan Espadas está seguro de que Moreno va a convocar en junio aunque lo niegue, «para darnos una sorpresa una mañana».

Si Moreno opta, entre las fechas posibles, por el 19 de junio, día de San Romualdo, disolvería el Parlamento el 26 de abril, entre la Semana Santa y la Feria de Abril (este año de mayo). Ese es el día de un santo muy sevillano, S an Isidoro , al que Moreno puede encomendarse antes de pulsar el botón. El docto santo sevillano escribió: «La meditación quebranta los ímpetus que sobreviene, la prevención atenúa las molestias futuras y la previsión suaviza la llegada de los males».