Los empresarios aplauden que la Junta regule al fin los pisos turísticos: «Ya era hora de ordenar el tablero de juego»

Hoteleros y dueños de viviendas llevaban años exigiendo medidas para ordenar y profesionalizar la oferta alojativa que ha revolucionado el mercado

Arturo Bernal: «Los pisos turísticos no son el principal causante de la masificación»

Turistas en una calle de Sevilla Raúl Doblado

El proyecto del nuevo decreto que regulará las viviendas con fines turísticos en Andalucía se publicó en el BOJA el pasado viernes, como adelantó ABC. Para convertirse en norma le quedan el preceptivo plazo de exposición pública, en el que se le podrán ... plantear alegaciones. Pero no parece que desde los principales agentes del sector se vayan a poner muchas trabas a una reglamentación que se viene pidiendo «a gritos» desde hace mucho tiempo.

Principalmente porque el texto ha sido consensuado en el seno del Consejo Andaluz de Turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía. Y tanto los representantes del sector hotelero con los que ha hablado este periódico como la propia asociación que acoge a los propietarios de viviendas turísticas han podido hacer aportaciones que ven reflejadas en el proyecto del decreto.

A pesar de que la nueva normativa deja en manos de los ayuntamientos la potestad de limitar este revolucionario fenómeno alojativo, no se ha negociado con la Federación Andaluza de Municipios y Provincias. «Con nuestra relación directa con muchos ayuntamientos, entendíamos que teníamos ya la información directa de qué se reclamaba desde el ámbito municipal», justifica Arturo Bernal, consejero de Turismo. Este periódico ha tratado sin éxito de conocer la valoración de la FAMP.

Sin noticias del Gobierno

Sí aplaude «la valentía» de la Junta en afrontar el problema el delegado de Turismo del Ayuntamiento de Málaga, Jacobo Florido. «Nos hubiera gustado que el Estado hubiera legislado de manera general para que no haya problemas a la hora de actuar, pero al menos bien está que la Junta haya tomado cartas en el asunto. Porque se le había pedido muchas veces que actuara«, afirma.

Florido es un firme convencido de que «hay que actuar» con el fenómeno. «Hay que establecer limitaciones y criterios para zonas determinadas que ya se encuentran saturadas«, aduce. Pero de forma concreta. »El problema no es el mismo en Málaga que en Almería«.

Quienes estaban deseando que se ordenara el sector eran los dueños de los alojamientos tradicionales. Juan Zapata, presidente de la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Fahat), recuerda ABC que llevaban «años» solicitando a la administración que pusiera «orden en el tablero de juego».

Por eso valora positivamente que con el nuevo decreto se busque «un ordenamiento que equipara a los pisos turísticos con otras figuras regladas como los apartamentos«. »Es muy necesario que se produzca una equiparación en calidad, en los requisitos y en la profesionalización del sector«, afirma.

Y al otro lado, los dueños de los pisos, a los que se viene demonizando en los últimos tiempos como culpables de todos los males. También aplauden la medida. «Nosotros tenemos tolerancia cero hacia la ilegalidad y hacia un producto que ponga en riesgo el modelo turístico de Andalucía», afirma Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la Asociación de Profesionales de Viviendas y Apartamentos Turísticos de Andalucía (AvvaPro)

El líder de la patronal de los pisos recuerda que esta oferta alojativa supone ya el 65% del total en la comunidad. Y que en 2022, Andalucía fue el tercer destino más demandado de toda Europa para este tipo de alojamientos. Por ello, justifica, resulta perentorio profesionalizar su gestión, como pretende un decreto «que recoge muchos de nuestros planteamientos». «La demanda de exigencia por parte del turista es cada vez más alta. Desde el ruido al aire acondicionado. Por eso el sector lleva haciendo mucho tiempo una apuesta por la excelencia».

Pérez-Lanzac reflexiona, además, sobre el resultado de las últimas elecciones municipales del 28M y su vinculación con la polémica por la vivienda turística. «En aquellas ciudades, como Cádiz o Barcelona, donde sus alcaldes han sido más beligerantes con los pisos, las urnas les despedido. Han medido mal políticamente su impacto transversal», concluye.

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