El PSOE andaluz pasa de la bronca en el Pleno a los insultos a Moreno

Moreno señaló este jueves que existe una «estrategia», impulsada por María Jesús Montero, para «reventar los plenos» y «embarrar la política andaluza» porque ellos «están con el agua al cuello». Si en el Parlamento abundaron los gritos y la bronca, respaldada por protestas de plataformas muy vinculadas a los socialistas, este viernes le tocó el turno a la palabra. Pero no para debatir, sino para atacar. Con el histórico Mario Jiménez como ariete.

El diputado por Huelva, que también llamó «perrito faldero» a VOX, además de «fascistas», echaba un buen cubo de tierra y agua a la ciénaga en lo que desean convertir la política andaluza, como aseguran los populares. En sus expresiones fue tan grueso que la tradicional verborrea de su jefa sevillana se quedó corta.

«Lo que protagonizó Moreno Bonilla en el pleno fue vergonzoso», apuntó la ministra de Hacienda. Una «espantada» por «no hablar del alcalde de Estepona, denunciado por violencia machista y que sigue en sus funciones, o del alcalde de Algeciras». También le preguntó al máximo mandatario andaluz «qué va a hacer con la alcaldesa de Marbella», Ángeles Muñoz (PP), «cuyo patrimonio, según la justicia, es fruto del narcotráfico; es decir, del sufrimiento, de la vida, incluso, de miles de jóvenes que están enganchados a la droga». «Moreno Bonilla vive del agravio y de la mentira».

Desde el Partido Popular lamentan este cambio de talante que ya vaticinaron con la salida de Juan Espadas y el aterrizaje de la vicepresidenta primera del Gobierno. Las escenas del jueves, con los gritos sufridos a la puerta del Parlamento, durante las preguntas plenarias y el desalojo de los miembros de la plataforma 'Cazorla en lucha', confirman que los socialistas han recrudecido su estrategia.

Frente a los insultos, los populares criticaron al Gobierno nacional y a la propia ministra de Hacienda por la financiación singular de Cataluña, ese cupo catalán que la semana próxima se empezará a negociar. La reclamación de una financiación justa y solidaria ha unido a numerosas comunidades de diferente color político.