El nivel de Andalucía en matemáticas es equivalente al que se maneja en Estados Unidos, Israel o Turquía

Este estudio trienal se centra en la competencia matemática tanto en 37 estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como en decenas de países asociados (otros 43), teniéndose en consideración el razonamiento matemático, la formulación, el empleo de los conceptos y procedimientos (como los cálculos aritméticos o la resolución de ecuaciones) y la interpretación y evaluación de los datos, en un contexto personal, ocupacional, social y científico.

La aparición del coronavirus no sólo ha retrasado la publicación del flamante informe PISA de 2022 (que debía haberse lanzado en 2021, tres años después de la anterior edición de 2018), sino que también dificultó el propio desarrollo de las pruebas por las medidas de distancimiento social y de seguridad sanitaria de la época. Además, los estragos que la pandemia hizo en la impartición de clases en la Enseñanza Secundaria Obligatoria se perfila como una de las causas principales del empeoramiento generalizado en los tres campos sujetos a examen.

Entre los resultados más llamativos se encuentra la pérdida de 23 puntos en matemáticas sufrida por los estudiantes finlandeses, representación de un sistema educativo al que se le presuponían pocas fisuras.

En el caso de Andalucía, el retroceso ha sido de 10 puntos, dos más que la caída de la media de España. Aunque pudiera entenderse de manera positiva al comparar con el ejemplo escandinavo (que también se produce de manera similar en otros países como Dinamarca), lo cierto es que el nivel de conocimiento de los chavales andaluces ha empeorado considerablemente en estos cuatro años en lo que respecta a matemáticas (unos diez puntos menos que los anotados en 2018).

Es más, si se compara con la de por sí maltrecha calificación promedio de España (473), que ha emperado ocho puntos, vemos que Andalucía acaba con un tímido 453.

Si se analiza lo que han dado de sí las pruebas complementarias en ciencia, el dato a la andaluza es aún peor que el recabado en matemáticas. Hay que tener en cuenta que la media nacional ha mejorado respecto a la medición de 2018 (sólo dos puntos, y sólo en este ámbito concreto) y que Andalucía no sólo está por debajo de esa media, sino se sitúa como la tercera región por la cola únicamente por detrás de Ceuta y Melilla.

La comprensión lectora, tercera pata del informe, no ofrece una información más halagüeña en tanto que Andalucía vuelve a repetir posición en ese ránking a la inversa, de nuevo en esa 'tríada' con las dos ciudades autónomas.

También es interesante comprender cómo se desenvuelven los alumnos en función del sexo, detalle que también discrimina el estudio. A grandes rasgos, los chicos son levemente mejores en ciencias, sensiblemente más avezados en matemáticas y notablemente peores en comprensión lectora que las chicas. Esta conclusión se puede extrapolar al conjunto de España, de la Unión Europea y de los países de la OCDE que forman parte.

La muestra que recoge este informe PISA se extiende a 690.000 personas, de las cuales 30.800 estudiantes son españoles (de casi un millar de colegios e institutos).

Es especialmente interesante porque contrapone realidades políticas, sociales y hasta de directrices educativas de puntos radicalmente separados en el globo.

Así, además de mostrar en la cúspide del rendimiento matemático a Japón (con 536 puntos), Corea del Sur (527) y Estonia (510), también muestra de un vistazo qué territorios cuentan con un nivel análogo al andaluz. Dicho de una manera más oficial, que «no presentan diferencias estadísticamente significativas en su rendimiento medio estimado con Andalucía». Estaríamos hablando de países europeos como Croacia, Eslovaquia, Islandia o Malta; pero también de otros como Israel, Turquía y Estados Unidos.

Japón y Corea repiten en el cenit en cuanto a conocimientos científicos y casi lo hacen también en el bloque de comprensión lectora, donde la primera posición la ostenta Irlanda (516 puntos, convirtiéndose en espejos donde mirarse para el resto de países participantes.

El flamante informe PISA también brinda la posibilidad de conocer cómo influye el tipo de centro educativo en el rendimiento de las tres disciplinas en cuestión. Y los datos inclinan la balanza muy positivamente a favor de la enseñanza privada: 30 puntos como mínimo.

Los 483 en matemáticas, los 486 en lectura y los 496 en ciencia obtenidos en centros privados andaluces distan sobremanera de los 448, 453 y 465 que han consignado las mismas pruebas de los escolares pero que estudiaban en instuciones públicas.

El razonamiento es el mismo en el resto de España. Sin embargo, pese a ese resquicio de datos más holgados no se puede perder de vista que la privada andaluza tiene una calificación igualmente por debajo de la media española, europea y de países de la OCDE en este rango de titularidad. En este último caso, hasta de 12 puntos menos.

De hecho, guarda cierta relación con lo anterior que alumnos más desfavorecidos socioeconómicamente presentan un mayor ansiedad ante las matemáticas.

En ese sentido, del informe PISA se extrae que la menor diferencia se observa en Andalucía (-0,13), mientras que las mayores se dan en Cataluña (-0,54) y en el País Vasco (-0,40).

En cualquier caso, España se encuentra en el grupo de países donde el alumnado muestra más ansiedad ante las matemáticas, muy por encima del promedio del resto de estados analizados.

Desde la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta se asume el sonrojo de los resultados al tiempo en que se intenta dar una lectura reafirmante. «Andalucía ha resistido mejor que la mayoría de los sistemas que de manera tradicional han tenido buenos datos», explicaba la consejera Patricia del Pozo al término del Consejo de Gobierno celebrado este martes.

Así, entre las mejoras que ponen de manifiesto desde el Gobierno andaluz, están los 8 puntos en que se ha recortado la distancia con la media nacional respecto a los resultados en Ciencias que se deslizaron del informe PISA de 2015.

Sea como fuere, desde la Consejería ya se habían puesto en práctica medidas destinadas a frenar esta caída y volver a datos de los que sacar pecho. «En este curso, el nuevo currículo contempla un aumento del 11 por ciento de las horas de matemáticas en Primaria. En total, supone que al terminar la Primaria, los alumnos habrían recibido 105 horas más», explican.

En el ámbito de la competencia lectora, «se ha introducido este curso la lectura obligatoria planificada de 2,5 horas a la semana (30 minutos al día) cada día desde 1º de primaria hasta 4º ESO» (875 horas en toda la etapa obligatoria) y en lo tocante a la ciencia, «se sigue apostando por las Steam con asignaturas como computación y robótica que ya se implantaron en 2020».