El presentador, acostumbrado a realizar un repaso por la vida de los invitados que acuden al programa, le preguntó a la mujer cómo se había enterado de esta traición. Sin titubear, lella contó cómo había sido ese momento tan desagradable: «Yo fui a comprar al mercado y me encontré a esa persona. La saludé porque la conocía y, de repente, me dijo: '¿Sabías que tu marido se quiere venir a vivir conmigo?' y yo lo respondí 'si se quiere ir contigo, que se vaya'», cuenta con una mezcla de incredulidad y dolor, mientras recuerda cómo una conversación fortuita en un lugar tan cotidiano desveló una verdad amarga.
Era una frase que cambiaría por completo su perspectiva sobre su relación con Pepe, su marido. Pero como todo buen misterio, esta revelación no fue tan sencilla. Ante la sorpresa y el desconcierto, se armó de valor para enfrentarse a su pareja. «Yo llegué a casa y se lo dije, y él me respondió que era mentira», explica la mujer en el programa.
Con la calma que caracteriza a Juan y Medio, tras escuchar la desgarradora confesión, preguntó: «¿Y qué hizo él después?» A lo que la mujer contestó con sinceridad: «Quiso quedarse conmigo». Y es que el perdón, a veces, viene de lugares insospechados, como el de su padre, quien, pese a la traición, le instó a no romper la relación. «Le perdoné por mi padre, porque mi padre tenía locura con él», comentó, una frase que resonó en el plató y que dejó claro que, muchas veces, el amor filial influye más de lo que imaginamos.
La historia de esta mujer se convirtió en un ejemplo de cómo las relaciones pueden transformarse, a veces sin retorno. «Desde entonces seguimos viviendo juntos, pero ya era todo muy distante, no éramos una pareja», relató, dejando en evidencia cómo la confianza rota nunca se reconstruye igual.
Juan y Medio, con su característico humor para suavizar situaciones complicadas, hizo una pausa y, con una sonrisa, sentenció: «Estabais como si estuvierais casados, lo normal». En ese instante, la ironía se mezcló con la tristeza sacando una pequeña risa a la mujer, recordándonos que, a veces, las relaciones continúan más por costumbre que por amor verdadero.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete