Marisú Montero en la fangosfera

Juan Espadas y los ocho secretarios generales firman un comunicado de apoyo sin fisuras y además se suman a la denuncia contra el «acoso político» sufrido por Sánchez. La propia Susana Díaz, víctima de su frialdad implacable en el pasado, se suma: «No todo vale en política». Espadas clama: «Todo tiene un límite». El ex alcalde de Sevillla, Antonio Muñoz, añade: «Hay determinados límites que no se pueden rebasar». Los dirigentes socialistas piden analizar «la violación permanente del respeto» y no sólo a quienes se dedican a la política sino a sus «familiares y allegados». Ellos presumen de trabajar por la dignificación; por eso llaman a luchar contra la derecha y la extrema derecha, aunque Espadas concluye que del PP no cabe esperar ni cordura ni humanidad.

Y todo esto está muy bien, oye; pero ahora escuchen a María Jesús Montero.

María Jesús Montero a esa hora sabía, casi con toda seguridad, que lo que preguntaba, y ya había preguntado un día antes en el Senado, era falso. El medio que había publicado esa noticia sobre la mujer de Feijoo admitió que la noticia era falsa. María Jesús Montero nunca rectificó nada. Los socialistas nunca dejaron de reírle la gracia.

¿Se han fijado en el aplauso de Sánchez en la insidia contra la mujer de Feijóo? Hombre, digamos que su credibilidad sobre el respeto político sobre todo a familiares y allegados es muy limitadita.

Sí, claro que hay que acabar con la fangosfera. Pero esto no va de la mujer de Sánchez, sino también del hermano de Ayuso o la mujer de Feijóo. Y los socialistas no han dado muestras de escandalizarse por las mentiras contra familiares y allegados del PP, sólo de los suyos. Un criterio, con toda seguridad, que nunca pondrá fin a la fangosfera. Ya pueden estar seguros.