«Tienes que matar a la gente»: la parricida de Málaga, enviada a prisión, escuchaba «voces»

Pero la tragedia pudo ser mucho mayor . Antes de salir corriendo de la casa, pudo dejar el gas abierto en un domicilio en el que pernoctaban tres menores. En un principio se habló de que eran los hijos de la parricida pero ayer se especulaba con que fueran sus sobrinos, hijos de una hermana que por tener que salir a trabajar muy temprano los dejaba durmiendo en casa de los abuelos.

El juez envió este jueves a prisión provisional comunicada y sin fianza a la presunta parricida . Y pide que sea recluida en un establecimiento adecuado a la severa perturbación mental que padece . En el auto de ingreso en prisión se la acusa del asesinato de su padre, informó ayer a ABC su abogado defensor, Manuel Rincón . Pero la mujer está siendo investigada también por otras cuatro tentativas de homicidio, las de los otros moradores del domicilio paterno en ese momento.

Al parecer fue uno de los tres menores quienes precisamente se encontraron con el atroz cuadro al despertar inquietos por el olor a gas en torno a las seis de la mañana . El abuelo estaba muerto en el suelo y la abuela con heridas de arma blanca en la espalda, de las que tuvo que se tratada en un centro médico aunque recibió el alta poco después.

La mujer ya no estaba en la casa. Dieron la voz de alarma a sus familiares y comenzó su búsqueda. Fue localizada horas después deambulando por un polígono industrial de la capital malagueña. En estado de «shock» absoluto.