El «robo» de las campanas que rebeló a Teba medio siglo después

Volvieron los viejos temores, los habitantes recordaron aquella historia que contaban los abuelos. El lamento de la pérdida de las campanas de la iglesia en un viaje a Sevilla. Y es que, según la leyenda popular, con motivo de la Exposición Iberoamericana en la capital hispalense, las campanas de Teba se trasladaron para ser expuestas . La promesa fue que volverían cumplida aquella muestra temporal, pero no fue así. Los habitantes de este pueblo malagueño narran como, pasado un mes y medio, las campanas se quedaron en la Giralda de Sevilla y Teba no volvió a escuchar su tañer.

Años después de aquello, y asumido que no las volverían a escuchar llamando al rezo, se compraron otras. Fueron seis piezas de otro gran valor histórico por ser centenarias y ser consideradas obras de arte . El pueblo quedó contento con estas nuevas y prometió que nunca volverían a salir de Teba , para evitar lo que consideran un expolio de su patrimonio.

Y con ese juramento se ha topado la iglesia. El cura del municipio, al que achacan que no conoce la historia del lugar por ser extranjero, llamó a una empresa para efectuar un mantenimiento y automatizar las campanas. Cuando los vecinos vieron que se estaban retirando tres de las piezas de la torre comenzó un «run-run» que fue a más. Se fue haciendo cada vez más fuerte, como una bola de nieve, y se efectúo un llamamiento para parar la bajada por parte de la empresa. «Comenzó a circular un mensaje en el que se llamaba a la gente a acudir a la iglesia para evitar que se llevaran las campanas», recuerda Cristóbal Corral, alcalde de Teba.

Finalmente, fueron unos 300 los vecinos que se concentraron con pancartas y gritos contra la retirada de las campanas en las puertas del templo. El párroco se atrincheró en el interior, donde también estaban los trabajadores de la empresa que iban a efectuar la retirada de las piezas para su conservación. Requirieron la presencia de las autoridades locales, que tuvieron que acudir para calmar los ánimos. Los habitantes de Teba no iban a permitir que «a las buenas» les volvieran a «robar» sus campanas .

Es cuando el párroco desistió de la obra y comunicó al Ayuntamiento que se iba a ausentar unos días del municipio. Dijo que la obra quedaba suspendida y que ya se retomaría en otras condiciones cuando pasara el verano. «La retirada es una obra menor que no contaba con licencia , por ese motivo el Consistorio decidió que paralizaba los trabajos para tranquilidad de los vecinos», explica el alcalde, que lamenta que no se avisara antes de hacer la retirada.

« Nadie dijo nada . La bajada de las campanas se estaba haciendo sin transparencia. Ni las cofradías, ni el Ayuntamiento, ni las asociaciones, ni nadie sabía que se iban a bajar las campanas para un mantenimiento», remarca el alcalde, quien recuerda que existe esa historia de temor a la perdida de patrimonio en una localidad donde la defensa de la historia es una de las principales preocupaciones, «como demuestran el nutrido grupo de asociaciones culturales para esto objeto que hay en Teba» y que también salieron a la calle para evitar que les volvieran a «quitar» sus campanas .