Un magrebí ataca a un policía en la Comisaría de Málaga con un martillo gritando «¡viva el Daesh!»

En medio del bullicio de la puerta de entrada a las oficinas donde se renueva el DNI, el detenido comenzó a gritar, antes del ataque: «Policía, hijos de puta, vais a morir todos». Vociferaba también en árabe, mientras insistía: «Vais a morir» y «os voy a matar a todos» . La actitud del atacante hizo que un segundo policía acudiera en ayuda de aquel compañero que estaba en la puerta, mientras el agente que le había dado la información le pedía que se relajara y se marchase a su domicilio sin causar más problemas.

En vez de hacer caso a esa indicación de la autoridad, se marchó hacia la bicicleta en la que había llegado hasta la Comisaría Provincial de Málaga y sacó un martillo de una mochila que llevaba . Esgrimiendo la herramienta fue a por los dos agentes que lo habían parado en la puerta y a los que estaba gritanado momentos antes.

Uno de los policía sacó su arma reglamentaria y el otro la defensa ante la actitud de ataque del magrebí. En voz alta y clara, como remarca el atestado sobre la intervención a lque ha tenido acceso ABC, los policías le dijeron que dejara el martillo, sin que el atacante hiciera caso a esta indicación. Nervioso, trató de agredir a uno de los agentes lanzando un golpe con el martillo a la cabeza del policía.

El agente esquivó el golpe y lo redujo por detrás para poder detenerlo. Durante el ataque, uno de los policías tuvo que disparar al aire para intimidarlo, ya que no deponía su actitud agresiva. Una vez reducido se le informó de las razones de la detención de forma verbal.

Se le investiga por atentado a la autoridad , pero sus amenazas no cesaron una vez esposado. Una vez arrestado el hombre siguió diciendo que iba a matarlos. «Os tengo que matar a todos» y «os voy a matar», aseguró antes de gritar en medio de la gente que obsevaba la intervención «¡Viva el Daesh!» y «¡Viva Bin Laden!». Palabras que concluyó con un «os tengo que ver morir a todos» .

Todo oponiendo gran resistencia al arresto lanzando puñetazos, patadas y bocados a los agentes . Una vez en los calabozos, los agentes reseñan en el atestado policial que seguía negándose colaborar con las autoridades.