La Junta de Andalucía pone fin a doce años de andamios y obras paradas en el hospital de Marbella

Un cúmulo de despropósitos, denuncias y desinterés ha tenido a esta obra, que ahora costará 75 millones de euros , con las aceras levantas y los paneles de chapa recibiendo al casi medio millón personas que tienen que acudir allí para cuidar su salud, Un centro que alberga a más de 2.000 trabajadores.

Hace ya doce años la obra se presupuestó en 50 millones de euros para hacerse en unos tres años . Se iban crear nuevas alas para albergar más camas y ampliar la cartera de servicios de este hospital comarcal. Se prometió ampliar radiología, reumatología, neurología, agudos de psiquiatría, cirugía vascular u oncología radioterápica, pero las disputas por el aparcamiento fuera del hospital pararon todo. Sólo quedó un mamotreto marrón enfrente de los edificios abandonados confiscados a Juan Antonio Roca y que pretendían ser una Ciudad de la Justicia. Otro fiasco.

En 2010, tras la apertura del aparcamiento del nuevo hospital, la empresa concesionaria colocó obstáculos para evitar aparcar en las inmediaciones y obligar a los pacientes a pagar por dejar su coche para ir al hospital. La actual alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, denunció aquello y la obra quedó paralizada y en los tribunales . El Consistorio entendió que la empresa no tenía licencia para poner los bolardos que prohibían el aparcamiento en la calle en una zona de urbanizaciones donde las calles no están habilitadas para ello.

A la Unión Temporal de Empresas (UTE) que llevaban la obra le dejó de salir las cuentas. Habían acordado con la Junta de Andalucía, presidida por el socialista Juan Antonio Griñán, que financiaban el 75 por ciento de la ampliación del hospital a cambio de gestionar el aparcamiento , que era menos rentable si los pacientes aparcaban fuera.

Así comenzó una gresca que acabó con denuncias cruzadas en los tribunales. Años de parálisis entre las empresas y las administraciones, que acabaron en acuerdo en 2014. La UTE reanudaba la obra a cambio de la gestión del parking y de una indemnización de 10 millones de la Junta a los constructores. Sin embargo, las constructoras no remontaron la crisis económica y no pudieron afrontar la obra, pero se negaron a entregar la concesión para que otro la acabara, mientras seguían cobrando por cada coche que iba al hospital.

Así, la guerra volvió a abrirse en el Juzgado de lo Mercantil 1 de Málaga, mientras el edificio de la ampliación se deterioraba por el abandono. En 2017 la Junta de Andalucía fue condenada a pagar 12 millones a la concesionaria para poder rescatar las obras. Pago que Susana Díaz anunció vía crédito el mismo día que visitaba Marbella con Pedro Sánchez en su campaña para la reelección como presidenta de la Junta de Andalucía en 2018. Desbancada por Juanma Moreno, fue la administración popular y de Ciudadanos la que abonó el importe para recuperar la concesión de las obras y el parking .

La primera medida, a petición del Consistorio que gobierna Ángeles Muñoz, fue que el aparcamiento fuera gratuito . Así se hizo en mayo de 2019 con la promesa de que el hospital sería actualizado más pronto que tarde. En octubre pasado fue el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, el que inauguró las obras de ampliación de las Urgencias con un desarrollo de nuevos espacios de 300 metros cuadrados con una inversión de algo más de un millón de euros. Bendodo ha sido el que ha anunciado este martes la aprobación de la licitación urgente de las obras.

Moreno explicó que serán 75 millones de euros para «coger un hospital casi al borde del colapso y prepararlo para el mejor de los futuros posibles». «Es un salto adelante en décadas para la sanidad en la provincia, la que menos camas por habitante tiene del conjunto de Andalucía», aseguró el presidente, que desgranó que se redistribuirán circuitos ambulatorios, remodelarán bloques quirúrgicos, se ampliará la cartera de servicios hospitalaria y el número de camas, salas de consultas y pruebas , además de mejorar las urgencias.

La ampliación servirá para descargar al Hospital Clínico Virgen de la Victoria de Málaga de pacientes, que ahora tienen que ser derivaros para diversas pruebas que no se pueden practicar en Marbella y, como afirmó el presidente, para conseguir «un salto adelante de décadas para la sanidad en la provincia».