Los patinetes perdidos de Málaga: la regulación hace desaparecer los alquileres de estos vehículos

El giro municipal se fraguó tras años de quejas vecinales y sanciones por estacionamiento indebido. El Ayuntamiento comunicó en enero el fin de las autorizaciones precarias y culminó en marzo la salida de Dott, Bolt, Voi, Tier, Link y Bird; mientras que la última operadora, Lime, tuvo como fecha tope el 25 de marzo para retirar 135 unidades.

En la semana posterior, la Policía Local retiró 62 patinetes de esa compañía que aún permanecían en la vía pública y los depositó para su devolución. Desde entonces no operan patinetes de alquiler con aparcamiento libre en Málaga, aunque subsisten negocios de alquiler con recogida y devolución en establecimiento, y rutas turísticas sometidas a autorización.

La evolución normativa viene de lejos. En 2019, el alcalde Francisco de la Torre dictó un bando que habilitó la retirada inmediata de patinetes mal aparcados y fijó sanciones de 200 euros. En 2021 se llegó a un pico de 414 retiradas en julio y el entonces concejal de Movilidad, José del Río, advirtió: «Vamos a ser inflexibles con las empresas que estén incumpliendo la ordenanza». El intento de 2022 de unificar el servicio de patinetes y bicis mediante concesión quedó paralizado por la CNMC y la Audiencia Nacional, y el Consistorio optó finalmente por la revocación general en 2025. De la Torre ha defendido que se actuó para «reaccionar ante las numerosas quejas generadas».

La desaparición del 'sharing' no ha vaciado las calles de VMP: el patinete particular se ha asentado para desplazamientos cotidianos y turísticos. Las estimaciones de 2024 situaban en torno a 5 millones los VMP en España, una tendencia a la que Málaga no ha sido ajena. La siniestralidad ofrece un termómetro de ese uso: 164 accidentes con patinetes en 2021; 212 en 2022 (+29%); 282 en 2023 (+33%). Entre el 1 de enero y el 28 de mayo de 2024 se registraron 187 siniestros, en torno a 1,3 al día, con 38 atenciones hospitalarias y 8 peatones atropellados. La mayoría de los heridos son conductores de 18 a 64 años.

En la capital no se registraron fallecidos en 2022-2023; en la provincia hubo dos muertes en 2023 (Marbella y Estepona). En 2024 sí fueron dos los fallecidos en Málaga capital, y hasta el momento, 2025 no ha registrado ninguna defunción relacionada con el uso del patinete. A escala nacional, 2023 cerró con 11 víctimas mortales en accidentes de VMP, mientras que 2024 llegó a alcanzar las 14.

El patrón lesivo preocupa a los servicios sanitarios: aproximadamente un tercio de los accidentados sufre traumatismo craneoencefálico, el doble que en bicicleta, y otro tercio fracturas, lo que refuerza la insistencia municipal en el casco homologado bien abrochado. Los atestados policiales señalan como causas frecuentes la distracción del conductor, el incumplimiento de semáforos y la falta de pericia, además de cambios de carril indebidos y la invasión de zonas peatonales.

En la calle rigen reglas claras. Está prohibido circular por aceras y zonas peatonales; los patinetes deben usar la calzada limitada a 30 km/h, los carriles bici y las ciclocalles, con máximos de 20 km/h en áreas peatonales residenciales y 25 km/h en el resto de vías permitidas. El estacionamiento se restringe a reservas específicas o equivalentes a las de bicicleta; dejar un patinete obstaculizando el paso comporta multa, habitualmente 200 euros, y retirada por la grúa. En alcohol y drogas, los usuarios están sometidos a los mismos límites que cualquier conductor y pueden perder puntos del carné si lo poseen.

El Consistorio ha sostenido campañas de vigilancia, radares móviles, controles en zonas de ocio nocturno, inmovilizaciones por infracciones graves, y de concienciación en centros educativos y durante la Semana de la Movilidad, con un mensaje reiterado: «no es un juguete, es un vehículo». El objetivo municipal era que Málaga no sufriese «el caos de otras ciudades». En paralelo, el Ayuntamiento ha apoyado la tramitación estatal de un seguro obligatorio para VMP y ha estudiado complementar la oferta de transporte con un sistema público de bicicletas.

El balance es un modelo sin alquiler libre en la calle, con fuerte presencia de patinetes particulares y una ordenanza que prioriza la seguridad y el espacio peatonal. Quedan desafíos, reducir la accidentalidad y erradicar conductas imprudentes, pero el marco normativo y los operativos policiales dotan a Málaga de herramientas para compatibilizar la movilidad personal eléctrica con la convivencia urbana.