Málaga y Sevilla presionan a la Junta para imponer la tasa turística
Los dos alcaldes piden «buscar el patrón adecuado» para implantarla porque es «imposible mantener el volumen turístico» con el IBI de los vecinos
La Consejería insiste en que se trata de un problema de falta de recursos de los ayuntamientos y que este «impuesto» no solucionaría nada
El Parlamento andaluz tumba la tasa turística promovida por la izquierda
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Iniciar sesiónMálaga y Sevilla, dos de los principales motores económicos y turísticos de Andalucía, presionan a la Junta para implantar el modelo de tasa turística que funciona en otros lugares y que en la Comunidad aún recibe el rechazo de gran parte del sector. ... Ambos alcaldes, Francisco de la Torre y José Luis Sanz, abogan por ese impuesto al turista, generalmente por noche, con el fin de que el dinero recaudado sirviera para ofrecer mejores servicios y de mayor calidad en cuanto a limpieza de basura, seguridad y mantenimiento urbano.
Es una fórmula que se ha puesto en práctica y con éxito en numerosos países del planeta, desde los vecinos Italia (Venecia va a llegar a los 10 euros por día), Francia, Países Bajos, Grecia y Portugal hasta los lejanos Japón, Bali y México. En España, el visitante lo abona en territorios particulares de Cataluña (Barcelona, Girona, Tarragona...), Galicia (Santiago y La Coruña), Islas Baleares y Canarias.
En Andalucía, el debate adquiere cada año mayor fuerza. El PSOE se puso de perfil en el Gobierno, pero ya en la oposición defiende este cobro al turista. En el sector (hostelería y alojamientos) lo rechazan ampliamente porque puede provocar un 'efecto huida' y enumeran ejemplos donde pese a imponerse la tasa no se han solucionado los problemas de suciedad, inseguridad o mantenimiento. La Consejería que dirige Arturo Bernal, de momento, la rechaza. «Los problemas complejos no tienen soluciones sencillas. El punto de partida de esta cuestión, y en el que estamos todos de acuerdo, es la falta de recursos de los ayuntamientos»«, argumentan fuentes del Ejecutivo autonómico.
Este jueves se desmarcaba el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), quien admite que «son muchos vecinos de barrios de Sevilla que quieren implantarla», pero «hay que buscar el patrón adecuado». La capital hispalense recibe «todos los años casi cuatro millones de visitantes y tiene que mantener el casco histórico más importante de España, por lo que necesita instrumentos de financiación extraordinarios».
Asegura que «es imposible mantener el volumen turístico de Sevilla con el IBI de los sevillanos«, para cubrir los servicios que demandan los turistas, fundamentalmente de limpieza, seguridad ciudadana y conservación.
El alcalde de Cádiz, Bruno García (PP), a preguntas de este medio, ha dejado claro que esta medida se llevará a cabo si el sector quiere. Es decir, se abrirá un debate para llegar a un acuerdo, pero «será una decisión unánime y de consenso». Al principio se negaba pero reconocía «haber cambiado de opinión».
Como ha ocurrido con el primer edil de Málaga, Francisco de la Torre (PP), quien sorprendía esta semana al pedir un apoyo económico que «podría ser una tasa turística, y así lo digo, sin ningún reparo». La localidad costasoleña quiere una tasa turística finalista que alivie el alquiler sin «castigar» al sector, y se encomienda a la Consejería tras delegarle esta patata caliente el Ministerio. Apuestan por ese recargo por persona y noche que recauda el alojamiento.
En Granada, el gobierno del PP no la contemplaba, pero en julio de 2025, en un encuentro con los alcaldes de Málaga y Sevilla, la alcaldesa Marifrán Carazo (PP) dijo que estaría dispuesta a pedirle a la Junta «una tasa con carácter finalista, consensuada con el sector y voluntaria», al entender que sería un paso «para mejorar el sector y responder a las tensiones de la vivienda». El consenso no parece fácil porque la Asociación de Hostelería, por ahora, se muestra en contra, pero pone el ejemplo del Plan Alhambra como buen uso de unos ingresos extraordinarios (para restaurar edificios y lugares históricos, sobre todo del Albaicín).
En duda o rechazo frontal
El alcalde de Córdoba, José María Bellido (PP), ha señalado que «no es una prioridad inmediata», si bien no descarta una tasa turística a medio plazo, especialmente si se supera cierto nivel de saturación en la ciudad. Córdoba aún no está saturada, pero algunas zonas sí muestran presiones turísticas.
En Huelva, Pilar Miranda (PP), considera que «no es necesario ni conveniente» la aplicación de este impuesto, al igual que en Almería. La alcaldesa María del Mar Vázquez (PP), su equipo de Gobierno, PSOE y VOX rechazaban en Pleno una moción para impulsar dicha tasa turística en la capital. No se registran conflictos por la masificación, y tampoco en Jaén, Julio Millán (PSOE), que la descartó rotundamente. La situación en la provincia jienense es particular pues el turismo se concentra no en la capital, sino en las ciudades Patrimonio de la Humanidad (Úbeda y Baeza) y en la Sierra de Cazorla, donde empieza a verse con buenos ojos este cargo al visitante
«Es un impuesto más y no soluciona nada»
El impacto de una tasa turística podría suponer un ingreso extra que rondaría los 150-200 millones de euros, en función del modelo escogido. La Junta lamenta que «es un impuesto más y no podría tener, por definición jurídica tributaria, un destino finalista. Se trataría de un tributo sin contraprestación y por tanto no puede ser destinado a un fin específico».
Asegura que «desde el punto de vista práctico, este impuesto no ha solucionado los males que tendenciosamente se quieren achacar al turismo. No ha hecho que las ciudades estén más limpias, ni que estén menos tensionadas, ni que se soluciones el problema de la vivienda. En algunos municipios ya se ha elevado el impuesto a 15 euros por persona y día, y sigue sin ser la solución».
Otro elemento para tener en cuenta es que «el 33% de los que hacen turismo en Andalucía a lo largo del año es andaluz. El Gobierno de Juanma Moreno le baja los impuestos a los andaluces -de hecho ha bajado seis veces los impuestos desde que gobierna-, no le pone nuevos y mucho menos por conocer mejor su tierra».
Además, la presión de las grandes ciudades es «por la llegada de habitantes de la zona metropolitana y no por los turistas». Desde la Consejería insisten que «el turismo siempre será parte de la solución, no del problema».
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