El obispo de Jaén: «Hay un deterioro de valores y la familia es la que más ha sufrido»

Amadeo Rodríguez Magro que ha presentado su renuncia al cargo por edad, lamenta la descristianización de la sociedad

El obispo de Jaén, durante la entrevista ABC

Javier López

Pastor comprometido, el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, asegura que le duele el territorio que abarca su diócesis. Puntualiza que valora lo que se ha hecho bien, pero critica que no sea tratado como otras provincias. Esto, en el plano político. En el espiritual, ... el prelado, que ha presentado su renuncia al cargo por edad, lamenta la descristianización de la sociedad.

¿Le duele Jaén?

Claro. Jaén tiene mucho bueno y bello, sí, pero le faltan cosas, evidentemente. Y esas cosas que le faltan también son evidentes.

Usted ha sido una voz crítica por la situación de una provincia que ha sido discriminada secularmente.

Pero eso no significa que no valore y reconozca todo lo bueno que se ha hecho para transformar Jaén. Valorar Jaén no significa que yo reconozca que hay determinados aspectos en los que no ha sido tratada del todo igual que hay que tratar al conjunto de la sociedad y de las provincias.

O sea, ha sido discriminada.

Bueno, si lo quiere decir así.

Hoy la mentira tiene un valor moral en política. Una sociedad que la acepta, ¿está condenada?

Creo que en la sociedad hay un cierto deterioro en valores. Esto es evidente. No hay más que asomarse a los medios de comunicación. Ver blogs que son verdaderas cloacas, donde se dicen mentiras y se ofende impunemente. Lo que esto me dice como obispo es que tengo que evangelizar en esta sociedad que presumía de que era una sociedad de cristiandad. Resulta que ha dejado de ser, de vivir y de pensar en cristiano. ¿Qué tenemos que hacer ahora? Lamentarnos, no. Tenemos que recuperar lo perdido, metiendo el Evangelio en el sentir y en el vivir de la sociedad.

¿La desestructuración de la familia dificulta esta labor?

Claro. La familia, básica para la sociedad, es una de las instituciones que más ha sufrido el deterioro en estos últimos tiempos.

En la actualidad se aplaude políticamente el aborto y la eutanasia, ¿supone esto un retorno del concepto viva la muerte?

En un pregón de Semana Santa al que he asistido el pregonero daba un sí a la vida con tan especial fuerza y convicción que concitó el aplauso general del público. Yo creo que, afortunadamente todavía, no siempre la sociedad piensa lo mismo que los planteamientos políticos y que las leyes que se hacen en España. Que nadie vaya de salvador porque hay una sociedad que no piensa así.

Usted es un pastor social, a su juicio ¿qué ha sido peor, el coronavirus o la coronacrisis?

El coronavirus, que es la causa de todos los males que han venido y están por venir. Lo que ha originado la crisis económica y laboral es una pandemia de salud pública de unas dimensiones que no sé si somos conscientes de lo que es.

Parecía que saldríamos mejores de esta crisis, pero somos más egoístas, ¿no cree?

No quiero emitir juicios porque hay colectivo silencioso extraordinariamente responsable, pero lo que veo es que hay grupos y algunos sectores de edad que no acaban de tomar conciencia de la gravedad de la situación.

¿El fin del coronavirus propiciará una sociedad nueva?

La sociedad se renueva siempre. Tengo 75 años y he visto una transformación total del mundo en muchos aspectos. Cuando yo era niño no se parecía en nada al mundo en el que ahora vivo. La sociedad tecnológica, la sociedad mediática, la globalización cultural han supuesto una verdadera revolución. Lo que quiero decir es que la sociedad se transforma. Es verdad que hay cosas que aceleran una determinada conducta. El coronavirus es un fenómeno mundial que dejará una huella que durará mucho tiempo.

La pandemia incide en la Semana Santa de Jaén, que no se celebrará este año en la calle, si bien se llevarán a cabo actos cultuales en los templos, ¿se puede decir que, en el buen sentido, en esta ocasión la procesión va por dentro?

Y por fuera, porque los actos serán retransmitidos por muchos medios. Muchas parroquias los retransmiten con un seguimiento mayor que si fueran presenciales. Hay más gente que sigue nuestros cultos y actividades a través de las redes que antes por la presencia en los templos. Así que tendremos Semana Santa dentro y fuera.

Si Dios está entre los pucheros, también está entre las redes sociales, ¿no?

Claro, claro. La vida de la diócesis en Jaén no se ha interrumpido nada en ninguna de sus actividades. Todo ha salido hacia fuera a través de los medios. Y con una gran participación. Nosotros tenemos un encuentro de catequistas al que presencialmente acudían 600 personas, que es mucho, pero son miles las que han escuchado, interactuado o tienen noticia del encuentro una semana después.

Acaba de presentar su renuncia al cargo por edad, ¿qué vivencias se lleva de Jaén?

El mejor balance que me voy a llevar es que, aunque no llevo mucho tiempo, me siento muy bien aquí, muy de aquí. Me siento un jiennense, un jaenero más.

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