Comienza en Andújar la romería más antigua de España

Cada último domingo de abril está marcado en rojo en el calendario de los iliturgitanos, gentilicio de los habitantes de Andújar (Jaén), donde se celebra esta tradición que se remonta a mediados del siglo XVIII. La fiesta comienza en el casco histórico de la ciudad jiennese el jueves previo a este domingo, con la tradicional Ofrenda de Flores en la que los iliturgitanos se ponen sus mejores galas -ellos de corto y ellas de gitana- para depositar un ramo de flores a los pies de la imagen de la Virgen que tienen en la ciudad, réplica de la que se aloja en el Santuario del Cerro de la Cabeza.

El viernes siguiente tiene lugar la recepción de las cofradías filiales , -más de 50- de distintas localidades de todo el panorama nacional que se unen a la fiesta con un «paseíllo» que los romeros disfrutan sacando mesas a la calle cargadas de buena comida y bebida. Es el día previo a la gran peregrinación que llevará a los romeros hasta uno de los puntos más altos de Sierra Morena donde se ubica el Santuario de la Virgen de la Cabeza.

A caballo, en mulo, en coche o incluso andando, miles de personas se dirigen al encuentro de La Morenita , apelativo cariñoso con el que se dirigen a su Virgen aludiendo a la tez morena de su piel. Pero si hay una forma peculiar de realizar esta peregrinación es mediante carreta, un remolque adornado para la ocasión y tirado por tractor en el que los romeros, bien avituallados, dan rienda suelta a la diversión durante un camino de unas 10 horas que atraviesa un paraje único de naturaleza de la sierra jiennense y al que cada año se suman más de 200.

La forma más habitual de alcanzar este punto es mediante vehículo propio por la carretera que parte desde Andújar hasta Puertollano y que tiene su parada en el Santuario en el kilómetro 33. Una vez allí, existen amplias zonas gratuitas de acampada para pasar estos días, además de varios hoteles y fincas privadas que, mediante pago previo, ofrecen parcelas tanto para el aparcamiento como para acampar.

Además, el poblado dispone de restaurantes, bares, tiendas y decenas de puestos ambulantes que en estos días hacen su agosto para que al romero no falte de nada, aunque es recomendable acudir bien preparado sobre todo en cuanto a ropa de abrigo se refiere, ya que para este fin de semana se esperan temperaturas muy bajas en esta zona .

La seguridad está más que garantizada gracias al Plan del Cerro, que este año cumple 10 años y que supone un amplio despliegue de efectivos policiales y sanitarios -más de 400- y medios como un helicóptero que en tan solo 15 minutos conecta este lugar con el hospital de Andújar en caso de accidente grave.

Una seguridad que se hace más que necesaria el domingo, cuando se produce la concentración de personas más alta ya que muchos eligen pasar solo este día y disfrutar del evento central de la romería: la procesión de la Virgen de la Cabeza que, tras la celebración de la misa frente a la explanada del Santuario, protagonizará los momentos más emotivos de esta singular fiesta.

Junto a Ella irán sentados dos padres trinitarios , orden encargada de custodiar el Santuario, que irán recogiendo las prendas que le lancen los romeros para pasarlas por el manto de la Virgen, así como los niños que les acercan para ser bendecidos por La Morenita.

Durante la procesión la carretera quedará cortada en sentido ascendente, por lo que es recomendable madrugar si se quiere llegar hasta el Cerro de la Cabeza para disfrutar de este momento en el que la imagen de La Morenita recorrerá las calles principales del poblado entre vivas, repiques de campanas y la emoción contenida de miles de romeros.

Para muchos, la romería termina tras el fin de la procesión, alrededor de las 15.00 horas, pero los que han subido en carreta o caballo tendrán que pernoctar una vez más. Será el día después, lunes, el momento de iniciar un nuevo camino de vuelta en el que no faltará de nuevo el buen ambiente festivo que finaliza cuando, cansados y emocionados por lo vivido, llegan de nuevo a Andújar para empezar a soñar con una nueva romería.