El Aeródromo de Totana, sobre el accidente de la avioneta en Cazorla: «la máquina estaba en perfecto estado de revista, Alfonso era muy prudente»

Antonio Capel es miembro de la junta directiva del aeródromo, en el que se incluye un aeroclub, otro de paracaidismo y un tercero especializado en vuelo de drones.

Pero sobre todo, Capel conocía a la perfección el estilo de pilotaje de Alfonso, el bombero de 68 años a los mandos de la máquina siniestrada. «Era un piloto muy hábil, con mucha experiencia, y, sobre todo, respetaba mucho los protocolos», recuerda con tristeza por la amistad que les unía.

El también piloto se muestra incrédulo con que haya podido ser un fallo de motor la causa del accidente. «Tenía la máquina en perfecto estado de revista, pues estaba siempre pendiente a sus revisiones», evoca sobre un ultraligero modelo Land África que compartía con los otros tres miembros de una sociedad conocida como 'Ala 4'.

Llevaba incluso instrumentación, algo que «no es obligatorio en ese tipo de máquinas» pero que, «es fundamental porque cuando vuelas entre nubes ya no sabes si estás en vertical u horizontal». En ese sentido, explica que la demora en encontrar la avioneta ha podido deberse a su color ocre y a los motivos en verde camuflaje que la adornaban. «A veces, cuando estaba en la pista esperando turno no se distinguía del entorno».

Capel rememora que fue él quien «inculcó el veneno del vuelo» al malogrado Alfonso. «Empezamos juntos hace ya 30 años. Me llamaba la atención su constante prudencia, la que muchos pilotos a veces no tenemos», recuerda apesadumbrado aunque también tranquilo al pensar que «murieron como querían: volando y felices».

De hecho, el mismo viernes en que partieron desde Murcia Isabel, la pareja de Alfonso, publicó varios vídeos en directo en su perfil de Facebook en los que no ocultaba la ilusión y felicidad por el plan aéreo hacia Jaén, así como el cariño que les unía.

«Iban a un campo cerca de Beas de Segura. Pernoctaban porque otros familiares iban hasta allí por tierra. Tenían previsto regresar al día siguiente», indica Capel. No es descabellado hacer este tipo de escapadas con una avioneta, ni tampoco es algo extraño volar con climatología adversa, sobre todo para una persona con tanta destreza y veteranía.

En ese sentido, el experto considera la hipótesis de que la avioneta hubiera «recibido un golpe fuerte de viento que desplazara su trayectoria», acercándola demasiado a la montaña. Otra es que «una nube descendiera y que él hubiera hecho los mismo», quedando muy próximo a la superficie terrestre.

Ninguna le convence. No queda más que es esperar a que la Agencia Española de Seguridad Aérea esclarezca las causas que habrían precipitado el trágico desenlace.