Interior alertó en 2022 de que sus patrulleras están para el desguace

Así lo constata la memoria justificativa de la Dirección General de la Guardia Civil firmada en 2022 para la compra de tres patrulleras de alta velocidad para su Servicio Marítimo de la que se hizo eco ABC en enero. «El Servicio Marítimo de la Guardia Civil dispone actualmente de una flota de embarcaciones de alta velocidad muy envejecida, ya que la tercera parte tiene en torno a los 20 años de antigüedad, superándolos incluso en algunos casos. A la vista de la tipología del servicio, desde el punto de vista técnico y de seguridad, se estima la vida útil de este tipo de medios navales en 15 años», señala dicho documento oficial, que recoge que las actuales superan como mínimo un lustro la antigüedad aceptable para seguir operando.

Añade dicha memoria justificativa que estas embarcaciones no reúnen en muchos casos las condiciones de acomodación necesarias para los servicios que prestan y que han sobrepasado las horas de navegación previstas, «obligando a plantear las necesarias renovaciones exigibles a sus plantas propulsoras, tanto motores como hidrojets, descatalogados en el caso de los primeros».

La Dirección General de la Guardia Civil va a más en su análisis de la situación de sus patrulleras: «Estas embarcaciones se ven en envueltas en persecuciones con las empleadas para el narcotráfico, las cuales realizan maniobras de embestida a las patrulleras de la Guardia Civil. La violencia de estas acciones hace necesario que lo cascos y la estructura de las futuras patrulleras sean de materiales más resistentes que los de la flota actual, que son de poliéster reforzado con fibra de vidrio».

Además, insiste en que «la vida útil» de una embarcación de aluminio ronda los «20-25 años, periodo muy superior a los 15 de las actuales». Por todo ello, justifica la necesidad de hacer inversiones en «la actual flota de alta velocidad», que supera «con mucho, el valor residual de las mismas, al encontrarse con su vida útil sobrepasada, lo cual desde el punto de vista económico, es del todo ineficiente».

Tras este demoledor diagnóstico propone la compra de tres patrulleras de aluminio para la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y la inmigración ilegal «que precisan de una alta velocidad de persecución». El contrato tiene un presupuesto base de licitación, tal y como publicó ABC, de 7,5 millones. Las dos primeras tienen prevista su entrega este año. No se especifica fecha. La tercera no estará hasta 2025.

La situación es realmente grave. Según la información a la que ha tenido acceso este diario, todas las embarcaciones de la base de Cádiz están inoperativas y prácticamente para el desguace. La situación es la siguiente: la Río Águeda está averiada desde el pasado día 4 por la rotura de la culata del motor de babor; la Río Irati está amarrada a puerto porque tiene una avería en el sistema de fondeo desde el 1 de diciembre; la Río Ulla tiene una pérdida de refrigerante y la Sierra 20 tiene el motor gripado desde el 4 de enero. En la base de Algeciras la situación no es mucho mejor. En la zona cero del narcotráfico, hay cinco operativas de las seis disponibles y las averías también son constantes.

Frente a estos precarios y casi ridículos medios, los narcos disponen de lo mejor de lo mejor: veloces y enormes narcolanchas equipadas con la última tecnología que pueden cruzar el Estrecho de Gibraltar cargadas de droga en tan sólo 15 minutos y aventajan en 15 ó 20 nudos en velocidad a las de la Guardia Civil, ya que pueden alcanzar una velocidad de entre 60 y 70 nudos, lo que equivale a entre 120 y 140 kilómetros por hora. Pueden llevar hasta cuatro motores de 350 CV, miden 12 metros de eslora por 2,5 de manga y suelen transportar hasta 3.000 kilos de hachís.