Misterios de Huelva: avistamientos de OVNIs en la historia onubense

Sucedió un 19 de diciembre de 1954 en la localidad de Cartaya. ese día Manuel Moral Bernal y Riquelme Camacho estaba en un paraje llamado 'Tavirona'. Entonces, a unos 50 metros de distancia, observaron un extraño artefacto circular… Hacía mucho ruido y volaba rumbo a nuestro país vecino, a Portugal .

En mayo de 1956 se vio un objeto volador no identificado en la zona del Estrecho de Gibraltar , emitía una fuerte luz y fue visto por muchos testigos. Aquella forma era de color verde y estuvo parado, detenido, suspendido en el aire, aproximadamente unos diez minutos. Más tarde comenzó a descender sobre la villa de Benzú y desapareció.

Manuel Espinar Anillo era guarda del Coto de Doñana y el 24 de enero de 1969 tuvo una experiencia difícil de olvidar. Él mismo se la relataba así al periodista Carlos Murciano : «Yo saqué el caballo de la cuadra para darle un paseo y para que bebiera. Serían las diez y media de la noche. Al llegar al pozo, una luz muy fuerte se me echó encima. Como el carril está cerca creí que era un coche que había perdido la dirección y que venía hacía mí, por lo que me subí en el pilón. Al hacerse la luz más intensa y no ver ningún coche levanté la cabeza y entonces apareció aquello por encima de los pinos. Tenía forma de retorta , o de bombilla, pero con el cuello muy alargado, formando como una cola. Despidiendo una luz muy fuerte cruzó por encima de la casa a gran velocidad y se perdió en dirección Norte – Sur. Estoy seguro de que no era uno de esos que llaman meteoritos y que yo he visto alguna vez. Era un artefacto volando. No hacía ruido».

El periodista confrontó el relato del guarda con otros testimonios similares en la zona. Francisco Colom (ayudante militar de la Comandancia de la plaza) y Antonio Martínez Limeño (mozo del matador de toros José Martínez Limeño) tuvieron experiencias similares a las vividas en el Coto de Doñana al observar extrañas luces de colores pulsantes que subían y bajaban en diferentes localidades de la provincia.

El 2 de febrero de 1969 en Aroche se produciría otro de esos encuentros imposibles, en un lugar llamado 'Valdefanegas', a unos seis kilómetros del pueblo.

Ocupaba una casa en la finca José Vázquez Pérez y su familia. Habiendo caído la noche les sorprendió un objeto luminoso no demasiado grande que estaba suspendido en el aire a un metro y medio de altura, emitía destellos de color amarillento y su forma era discoidal.

Manuel Ramírez , redactor del diario ABC lo recogía así en una serie de artículos denominados 'OVNIs en Andalucía': «Con el consiguiente pánico, esta familia estuvo contemplando el objeto unas dos horas a través del postigo de la puerta, hasta que decidieron apagar todas las luces y acostarse. Cuando al día siguiente examinaron el terreno no había rastro de huella por ninguna parte».

Duarte Pina proseguía para ABC: «Esta es toda la versión que hasta hoy ha estado en el mayor de los sigilos ya que los testigos querían evitar todo detalle sensacionalista, además se da la curiosa coincidencia de que minutos antes de ver el objeto luminoso delante de la casa, en una finca cercana vieron pasar como una bola de fuego que iluminó el campo como si fuera de día y que llevaba la dirección hacía donde luego permaneció sin moverse, no sabemos cuánto tiempo. Esta aparición la avala la seriedad de los testigos, y este corresponsal lo certifica». Es todo un documento para la historia de los OVNIs en la provincia de Huelva.

Era el 6 de julio a las 22:30 horas. Todo transcurría con normalidad aquel cálido verano del 69 . Las noches eran especialmente apacibles y en la Sierra de Huelva reinaba el buen tiempo.

Suele suceder que cuando surgen los No Identificados comienzan a producirse disfunciones en los aparatos eléctricos y electrónicos, como interferencias en los aparatos receptores o extraños ruidos ininteligibles y metálicos.

Aquel día en Aracena hubo un corte de luz . En los chalets residenciales el suministro eléctrico quedó suspendido y, de repente, entre los árboles surgió un extraño objeto que se movía en maniobra descendente, en silencio, sobre las proximidades de aquellas casas.

La sorpresa fue mayúscula, aún más cuando surgió un segundo artefacto. Se trataba de una esfera luminosa que se desplazaba por la cercana carretera junto a las viviendas.

Esta esfera lanzó un potente haz de luz que fue a incidir sobre tres vecinas del lugar que corrieron a sus casas y siguieron observando las evoluciones del OVNI desde las ventanas.

De aquel objeto surgió un rectángulo que tenía un leve movimiento en el horizonte, era de aspecto rojizo, todo resultaba demasiado extraño.

Hubo un tercer OVNI que apareció entre los árboles, de forma esférica, luminoso, y que permaneció inmóvil.

La observación se prolongó durante horas, hasta pasadas las cinco de la madrugada, fue la especial noche de pesadilla de unas personas que no estaban preparadas para vivir lo imposible.

La moderna historia ufológica de la provincia comienza un 18 de diciembre de 1972 en El Castañuelo. Allí un pastor llamado Juan González conducía a su rebaño por un paraje llamado Los Barrancos .

Estaba amaneciendo cuando a nuestro protagonista le sorprendió un extraño estallido. Aquel ruido parecía haberlo provocado un objeto volador «en forma de frigorífico» plateado del que destacaban cuatro patas que sobresalían de aquel fuselaje.

Nuevamente escuchó otro estallido y las cabras que Juan González pastoreaba quedaron inmóviles. Sorprendido por este hecho trató de moverse él pero al igual que los animales algo parecía imposibilitar su movimiento. Nervioso, atenazado por algo que no podía ver pero que intuía que provenía de aquel objeto trataba de memorizar cada detalle. Habían transcurrido cinco minutos eternos cuando un nuevo estallido sorprendió al pastor, aquel artefacto se había elevado a una velocidad inusitada perdiéndose en el onubense cielo matutino.

Con su marcha desapareció también el inmovilizante influjo. Juan González pudo comprobar cómo su experiencia ufológica había ido más allá de lo que jamás podía haber imaginado.