Entre todos la pactaron y Granada se perdió
El caos municipal en la ciudad nazarí es un temporal fraguado en las altas presiones de las luchas intestinas del Partido Popular sobre la inquieta veleta de Ciudadanos
Luis Salvador el día que anunció su despedida como regidor
Para analizar el caos en el Ayuntamiento de Granada hay que remontarse a anteriores mandatos y a la lucha de egos entre los líderes locales del PP . El devenir de la gestión municipal está igualmente supeditado desde 2015 a los vaivenes ... de Ciudadanos , en su papel de bisagra entre populares y socialistas, y trufada por escándalos a cuenta de irregularidades urbanísticas que han dado más ruido que condenas.
Un análisis más concienzudo comenzaría por recordar el trueque entre partidos de las primeras alcaldías democráticas de las capitales andaluzas que adjudicó la granadina al socialista Antonio Jara . Pero eso apenas daría para demostrar que, como en cualquier otro lugar, los gobiernos municipales han sido y son moneda de cambio en el juego de estrategias de la ‘macro política’ nacional .
El pandemonio en el que se ha convertido el Consistorio granadino tiene nombres propios, protagonistas de luchas que exceden lo político para pasar a lo personal. La rivalidad entre el exalcalde José Torres Hurtado y quien fuera su teniente de alcalde Sebastián Pérez , edil desde 1991 y otrora presidente provincial de los populares, puede considerarse un detonante clave de esta situación. Nunca atajó el PP debidamente esta lucha de egos.
El evidente desgaste del equipo de Torres Hurtado , alcalde desde 2003 tras su paso por la Delegación del Gobierno en Andalucía , culminó en 2016 de forma abrupta. Torres Hurtado había renovado un año antes su mandado en minoría gracias a un acuerdo con el líder de Ciudadanos, Luis Salvador , que tras un almuerzo en un asador cambió su discurso hasta entonces contrario a alargar la vida política del regidor popular.
La inestabilidad política de Torres Hurtado desnudó también la ambición de Sebastián Pérez por llegar a la Alcaldía . Siempre se le resistió. Sólo la ocupó por sustitución cuando Torres Hurtado estuvo convaleciente de un ictus . Pero aquella interinidad no hizo más que agrandar la rivalidad entre ambos políticos. Con Torres Hurtado acosado por numerosas denuncias sobre presuntas irregularidades urbanísticas, Pérez, exsenador que había dejado la presidencia de la Diputación en 2015 se situó en la tenencia de alcaldía a la espera de un relevo que ya negociaban PP y Ciudadanos de espaldas al regidor .
Torres, Pérez... Salvador
El 13 de abril de 2016 Torres Hurtado era detenido . En un principio se negó a dimitir como le exigía la oposición . Ciudadanos amenazó con presentar una moción de censura, mientras el PP nacional suspendía de militancia a su alcalde. Esto le llevó a dimitir cinco días después . Con él se fueron el propio Sebastián Pérez y la edil de Urbanismo, Isabel Nieto . El PP quería salvar a toda costa la Alcaldía ‘renovando’ su grupo y propuso como candidata a la número cinco de la lista electoral. Sin embargo, no fue suficiente para Luis Salvador, un exdiputado socialista que había abrazado el credo de Ciudadanos como azote de la corrupción . Su grupo votó a favor del candidato socialista Francisco Cuenca y lo hizo alcalde, como puede ocurrir ahora cinco años después con los mismos protagonistas pero con papeles cambiados.
Otro curioso pacto, enmarcado en el reparto de poder entre PP y Ciudadanos en Andalucía, hizo alcalde a Luis Salvador en 2019 a pesar de tener solo 4 de los 27 concejales de una Corporación con mayoría socialista. Sebastián Pérez que concurría como candidato popular ha sostenido desde entonces que el acuerdo consistía en la alternancia en la Alcaldía a los dos años. Pero su reivindicación no encontró eco ni en la dirección de su propio partido al que incomodaba abrir ese melón.
Ahora Torres Hurtado suma sentencias absolutorias lamentando el trato recibido por su partido. Su enemigo íntimo Sebastián Pérez no le ha ido a la zaga en los reproches a la dirección del PP,cuyas injerencias denunció antes de dimitir en 2020 como presidente provincial, cargo que ocupaba desde 2004 . La vida orgánica del PP granadino es un volcán desde hace un año, el tiempo en el que Pérez preparó su venganza. El pasado 26 de mayo anunciaba que dejaba el PP y mantenía su acta como concejal no adscrito, abriendo así la crisis municipal que está por resolver. La continuidad de Salvador quedaba en entredicho si bien el hecho de que Pérez se hubiera convertido en un tránsfuga complicaba al PSOE la opción de presentar una moción de censura.
... Y Hervías
Para colmo, cuando Salvador intentaba amarrar su continuidad apoyado en el PP, tres de los cinco concejales de su grupo anunciaban que dejaban el Gobierno. Salvador quedaba solo al frente de la Alcaldía con el apoyo de un único edil después de que los populares le retiraran también el apoyo. Ante la situación insostenible, Salvador renunciaba el jueves a la Alcaldía revelando la incapacidad de Cs y PP de alcanzar un acuerdo para mantener la coalición.
Las deserciones de los ediles ‘naranja’ dan otra dimensión a la crisis. Arrimadas acusa de todo a una operación de Fran Hervías, exsecretario de Organización de Ciudadanos , que protagonizó el primer pase sonado al PP de Casado tras la crisis de la fallida moción de la comunidad murciana.
Génova dejó hacer a Hervías en su objetivo de reclutar a descontentos de Ciudadanos. Tal ha sido su hiperactividad pasando por encima de los acuerdos de no agresión que PP y Ciudadanos mantiene a nivel regional, que el secretario general del PP, Teodoro García Egea , le ha pedido que pare. Las repercusiones van más allá de la crisis granadina para convertirse en una « incomodidad » – eufemismo utilizado por Juan Marín –, para la estabilidad del Gobierno andaluz.
Salvador –en contra de la opinión de la dirección de Cs– ha dicho que favorecerá que gobierne la lista más votada, que encabeza el exalcalde socialista Francisco Cuenca . Y lo hará aunque Cuenca esté imputado por los cursos de formación... otra paradoja más.
Entre los que ven en esa operación de reclutamiento una medida de presión de Génova para adelantar las elecciones andaluzas y los que intuyen que se está poniendo en evidencia de nuevo las veleidades socialdemócratas de Ciudadanos, populares y liberales achicharran sus opciones de gobierno en la hoguera de las vanidades de Granada. El PSOE puede reeditar la toma de la ciudad nazarí que ahora quiere convertir en punta de lanza de su reconquista, rearmado con Espadas.
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