El quiero y no puedo de Granada con la Inteligencia Artificial
Su universidad es pionera en ese campo, con 44 años de experiencia, y las empresas privadas confían en su potencial, pero las administraciones le impiden crecer
A la negativa a que fuera sede de la Agencia Estatal, que se concedió a A Coruña, le sigue el rechazo a que se imparta un grado universitario en el próximo curso
La Universidad de Granada y Amazon crean una cátedra en Computación e Inteligencia Artificial
El Centro de Inteligencia Artificial de Granada abrirá en otoño de 2025
Granada
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Iniciar sesiónLa Universidad de Granada (UGR) investiga desde 1981 con Inteligencia Artificial, cuando aún era una herramienta prácticamente desconocida. Sin embargo, ser pionera en España en ese campo no le ha servido para que en el próximo curso académico cuente con un grado de Ciencia ... de Datos e Inteligencia Artificial.
Ha sido el último revés, o la última contradicción, que se lleva Granada en este amplio campo de investigación. Una negativa que se basa en el informe desfavorable emitido por la Agencia para la Calidad Científica Universitaria de Andalucía, organismo autónomo, en cierto modo, pero también dependiente de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la administración andaluza.
Organismo este último, y aquí llega otra contradicción, que dice estar a favor de que en Granada, y en el campus adjunto de Melilla, se imparta ese grado, para el que ya se habían apuntado 1.200 alumnos. No se podrán matricular para el curso 2025-2026 porque la Universidad, que no oculta su indignación por esa negativa, va a recurrir la decisión, pero, aunque prospere, el grado tendrá que esperar un año.
El consejero de Universidad, José Carlos Gómez Villamandos, asegura que está con Granada, que comparte la «frustración» que dijo sufrir el rector, Pedro Mercado. Pero que no puede hacer nada más porque la citada agencia es «independiente» y debe respetar sus criterios. Además de la Junta, instituciones como el Ayuntamiento de Granada y la Diputación Provincial han apoyado abiertamente a la UGR.
Un doloroso precedente
La situación recuerda a lo ocurrido en diciembre de 2022, cuando Granada aspiraba a albergar la sede de la Agencia Española de Inteligencia Artificial. El Gobierno central decidió que no, que se la llevaría la ciudad de A Coruña, pero no explicó por qué. No mostró las tablas de valoración, nadie explicó qué criterios llevaron a elegir a la ciudad gallega.
La decisión fue recurrida y hasta el que por entonces era alcalde de Granada, el socialista Paco Cuenca, mostró su indignación y se enfrentó a su propio partido. En diciembre de 2023, la sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo tumbó ese recurso, decidió que no se habían «vulnerado derechos» y Granada se quedó compuesta y sin sede.
Después de eso, que se optara por Granada como sede del Centro Andaluz de IA sonó y suena un poco a premio de consolación. Se ubicará en un edificio para el que la Junta ha invertido 3,5 millones de euros y que previsiblemente estará listo en noviembre de 2025. Dentro del Parque Tecnológico de la Salud, ofrecerá veinte líneas de servicios y está concebido para ayudar a entidades locales y empresas, ofreciendo formación y apoyo técnico en el manejo de la IA.
Granada, fundamentalmente por esa larga vinculación universitaria con la IA ya mencionada, fue elegida el 2 de abril de 2024 como sede europea de Adia Lab, un organismo financiado por Abu Dabi (Emiratos Árabes) que investiga en Ciencia de Datos, Inteligencia Artificial o computación cuántica, entre otras cosas. En ese caso se trata de capital privado y en la decisión no cabe hablar de intereses políticos, como sí ocurrió con la sede española que le dieron a A Coruña.
Apuesta privada
Más recientemente, en mayo de 2025, otra empresa privada, Amazon, también apostó por Granada y más en concreto por su universidad. Ambas entidades acordaron crear una cátedra en Computación e Inteligencia Artificial, que prevé la concesión de becas para realizar tesis de fin de grado o máster y doctorados industriales.
En el ámbito de la docencia, la cátedra público-privada plantea la puesta en marcha de cursos de especialización, formación continua o de acreditaciones lingüísticas. En el de la investigación y la transferencia tecnológica, se incluye el desarrollo de proyectos conjuntos, la creación de unidades mixtas, las pruebas de concepto o la creación de cátedras patrocinadas.
Una conclusión de todo lo anterior podría ser que la empresa privada no ha tenido reparos en apostar por Granada porque sabe de su potencial y su experiencia en ese campo. Pero cuando las administraciones públicas han tenido que mojarse, el resultado ha sido otro. Cuando A Coruña fue elegida, abundaron las voces que apuntaron a que el criterio había sido exclusivamente político porque, en tecnología, su universidad está peor posicionada en rankings solventes y prestigiosos como el de Shanghai.
Ahora que se queda –momentáneamente al menos- sin grado universitario, nadie se explica en Granada el motivo. Atendiendo a sus declaraciones, ni siquiera la Junta. Lo de Granada, parafraseando el popular dicho, más que un quiero y no puedo, parece un quiero y no la dejan.
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