'Sin puteros no hay esclavas': recrean un prostíbulo en el centro de Granada para concienciar contra la trata de mujeres

«Lo hacen por el control que ejercen allí dentro. Desde muy jóvenes han visto sexo por internet y luego esas mismas cosas que ven no pueden hacerlas con sus parejas, así que van a acostarse con prostitutas porque les pagan y así pueden hacer lo que quieren».

La explicación la da Celia García, coordinadora del Área de Trata y Violencia de Género de la asociación Nuevo Hogar Betania, que este jueves 24 de agosto ha presentado en Granada su campaña contra la explotación sexual de mujeres, que por cierto tiene un nombre bien gráfico: 'Sin puteros no hay esclavas'.

Porque así, puteros, llaman en Betania a quienes frecuentan esos lugares, bien visibles desde la carretera por sus luces de neón rojas. Clubes con apariencia de discoteca donde trabajan mujeres que no quieren estar ahí. Llegaron a España con promesas que nunca se cumplieron y tras un larguísimo y tortuoso viaje desde sus países de origen, en África, América del Sur y Asia.

Son víctimas de las redes de trata de personas, de organizaciones mafiosas y sin escrúpulos que las encierran, les quitan sus pertenencias, las endeudan de por vida y las amenazan con matar a sus familiares si escapan. Eso es lo que hay detrás de esos clubes nocturnos y de esa sonrisa que las mujeres tienen que aparentar para ganarse al cliente. Porque si no los consiguen, pagarán las consecuencias.

La campaña, subvencionada por el Ministerio de Igualdad, se ha desarrollado en la explanada del Palacio de Congresos y ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Granada. Además de repartir información a quienes se han acercado, Nuevo Hogar Betania ha querido mostrarles también cómo es un club por dentro.

Su furgoneta se ha convertido durante un par de horas en una especie de prostíbulo con luces de neón, una cama, cadenas que simbolizan la esclavitud, tacones, preservativos, pequeñas cajas como esas en las que las prostitutas a la fuerza guardan sus escasas pertenencias y frases en la pared de mujeres que consiguieron salir de ese infierno.

«Nos dirigimos a todos, pero sobre todo a los más jóvenes», resalta Celia García, porque entiende que es imprescindible frenar la rueda, impedir que siga girando y que las nuevas generaciones caigan en los mismos errores que sus mayores. Advierte, además, de que las redes sociales son un elemento perturbador que se suma a los problemas que ya existían, que no eran pocos.

«Por las redes pululan los que llaman loverboys, chicos que buscan a mujeres vulnerables, las engatusan, les dicen que les van a conseguir un trabajo en una tienda, en un bar o cuidando a personas mayores y así las captan», explica, y agrega que aunque la mayoría de esas prostitutas a la fuerza vienen de otros países –«ahora hay menos africanas pero más latinas y asiáticas, especifica- las redes también actúan contra españolas. «Que nadie piense que esto no le puede pasar», remacha.

A lo largo del año 2022, Nuevo Hogar Betania atendió a 83 mujeres que habían sido víctimas de trata. Lo hizo en España, pero su trabajo también se desarrolla en otros lugares. «Es fundamental intervenir en los países de origen de esas mujeres, trabajar con ellas y advertirles de que no atiendan al primero que les ofrece un supuesto trabajo, que les exijan antes un contrato o algo que garantice que esa oferta es legal«, concluye.