Un parque de tesoros bajo el mar de Almuñécar

El parque estará en el Peñón del Lobo, casi enfrente de la playa de El Muerto y muy cerca del puerto deportivo Marina del Este. Precisamente en ese punto apenas hay vida bajo la superficie, pero muy cerca sí que la hay, y de un atractivo casi sin parangón en la Costa Tropical de Granada.

De hecho, Almuñécar ha sido escenario de concursos internacionales de fotografía submarina. Sus fondos son asombrosos. Muy cerca de donde se va a ubicar el parque existe una colonia de corales, a cuarenta metros de profundidad, de una riqueza extraordinaria. Y eso atrae a buceadores de aquí y allá.

En Almuñécar se bucea los 365 días del año. Si hay viento de levante, en La Herradura. Si sopla poniente, en el puerto deportivo. El director del Patronato de Turismo de la localidad granadina, Felipe Puertas, entiende que se debe «evitar la congestión» de esos espacios y que el futuro parque es una alternativa ideal.

Es un proyecto ecológico, eso Puertas lo tiene clarísimo. Por eso el parque es una de las 24 actuaciones que ya se han empezado a desarrollar en Almuñécar como parte del Plan de Sostenibilidad Turística que sufraga la Unión Europea con fondos Next Generation. El presupuesto global es de 2,4 millones de euros, de los que 975.000 son para el Parque Azul.

En cuanto al objetivo de reivindicar el peso de Almuñécar, llamada Sexi en el periodo fenicio, el director del patronato precisa que por eso mismo se hundirán en el fondo del mar elementos esenciales en la historia de la ciudad, como una réplica del barco fenicio Birreme –de cuyo original sólo hay constancia por los estudios realizados por los especialistas- o de la antigua fábrica de salazón del Parque Mazuelo.

También se va a reproducir un tramo del antiguo acueducto, pero, por la dificultad que entraña, no réplicas de piezas pequeñas como las que decoran una sala del Museo Arqueológico de Granada, procedentes de excavaciones realizadas entre 1960 y 1970, o del famoso vaso de alabastro que se conserva en el museo local, de origen egipcio y del que no se sabe a ciencia cierta cómo llegó a Almuñécar, aunque probablemente fue objeto de alguna transacción comercial. Por cierto, ese vaso llegó a ser expuesto temporalmente en un museo de Nueva York debido a su gran importancia.

El proyecto está en fase embrionaria. Se acaba de contratar la redacción del pliego de condiciones para posteriormente contratar la redacción del proyecto de ejecución y la ejecución en sí. Hablar de plazos siempre es arriesgado, pero Felipe Puertas estima que el parque podría ser una realidad en el segundo trimestre de 2025.

«En realidad es más larga y más lenta la parte de la tramitación que la ejecución en sí, que puede tardar sólo cuatro o seis meses, porque eso sólo consiste en hundir moldes hechos en hormigón permeable, que es un material no agresivo», detalla.

El parque ocupará una superficie de 10.000 metros cuadrados, estará a unos 200 metros de la costa y a una profundidad de entre 15 y 25 metros. Albergará unas 300 estructuras en el fondo marino, colocadas sobre una base de piedras y columnas que simularán una ciudad hundida.