La prueba comenzó a las 7.30 de la mañana pero eso no impidió que el salón de actos de El Silo estuviera lleno. No estaban los padres de María Pérez, que se encuentran en París, pero sí algunos familiares que, nada más acabar la prueba, fueron a felicitar a la bisabuela de la atleta, la persona a la que dedica todas sus medallas y a la que está deseando abrazar de nuevo.
Eso todavía no tiene fecha. «Aún no nos han dicho cuándo vendrá a Orce, pero lo que es seguro es que la vamos a recibir como se merece», anuncia José Ramón Martínez, alcalde de esta pequeña población del norte de la provincia de Granada, de unos 1.200 habitantes.
María Pérez ya es Hija Predilecta del pueblo que la vio nacer y el colegio en el que estudió lleva su nombre. «No sé con qué otra cosa recomepnsaremos esta medalla, pero algo se nos ocurrirá», ríe el alcalde, que destaca de ella que lleva «el nombre de Orce por el mundo» y que además es una persona «sencilla, de familia humilde, con valores y que se lo ha ganado todo a pulso«.
Y además es una persona apegada a sus raíces. Cuando comenzó a estudiar en el instituto, porque Orce no lo tiene, se tuvo que desplazar a Baza pero no cambió de domicilio. Más tarde, por motivos profesionales, tuvo que irse. Ya no se entrena en Orce, pero sigue acudiendo cada vez que puede para ver a sus familiares. También lleva a Noe Morillas, su mujer.
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